Noticias
Somos los portadores de ese sueño, hoy, aquí
MISA. La comunidad del Instituto celebró en misa conmemorativa el 181 aniversario de la Pascua del fundador de la obra educativa, Marcelino Champagnat. Oficio religioso se realizó al atardecer del jueves 3 de junio.
CARISMA
La actividad fue presidida por el padre Patricio Espinoza Núñez y se transmitió por redes sociales desde la capilla del Instituto San Martín. En el lugar se congregó un muy reducido número de personas, entre las que se encontraba el rector del establecimiento, Andrés Prado Soto, Hermano José Luis Arranz, algunos integrantes de la pastoral de Evangelización Explícita y encargados de la transmisión online.
La fuerza del carisma del legado del Padre Marcelino Champagnat estuvo presente en los sentimientos de la comunidad reunida en la Eucaristía, a pesar de las extraordinarias circunstancias que se viven en pandemia.
SER FACILITADORES Y NO OBSTÁCULO PARA LOS DEMÁS
El hermano José Luis Arranz, fue el encargado de leer la primera lectura, un fragmento del Eclesiastés. Luego, la homilía del Padre Patricio Espinoza volcó a la memoria a las personas que son fuente de inspiración y que “de alguna manera están en la raíz de la obra donde participamos”. El pastor invitó a preguntarse qué fue lo que inspiró a Marcelino para realizar su misión y cómo hoy miramos la realidad, teniendo presente en ese quehacer a Cristo.
Reflexionó en torno al rol que compete a cada persona de no ser un “escándalo” (en el concepto bíblico, la piedra de tropiezo) que coarte la posibilidad de ser del otro, pasiva o activamente. Muy por el contrario, hay que ser facilitadores para que los demás lleguen a ser.
El Presbítero, subrayó que la pandemia ha dejado entrever nuestras deficiencias donde los índices de violencia adquieren fuertes ribetes que se expresan de diversas formas como se aprecia en las calles y en las redes sociales. En este punto es necesario, señaló el padre Espinoza, recordar a Jesús cuando sostuvo que la violencia sólo engendra violencia. El ser humano no aprende debiendo actualizarse cada vez, tal como ayer fue con Marcelino, hoy es con nosotros y nuestras futuras generaciones.
Cuestionó en su meditación, ¿Dejaremos un mundo en paz? ¿Dejaremos un mundo en el cual las personas se encaminan hacia el bien? ¿Dejaremos un mundo donde las personas actúen de acuerdo a los buenos principios y valores humanos? “Seguramente -expuso - Marcelino estaría hablando de ello ahora”.
“HONRAR A ESTOS HERMANOS NUESTROS”
De manera telemática se comunicó con los presentes, Ernesto Reyes Plaza, delegado de Misión Marista para Chile extendiendo el saludo desde la capilla desde la Casa Marista de Santa Mónica, Santiago.
Reyes destacó la fecha del 6 de junio como icónica para celebrar la figura de Champagnat: “supone un punto de llegada y de partida. De llegada porque permite mirar el pasado con un corazón agradecido y misericordioso”, con gratitud hacia los primeros hermanos que siguieron fielmente a Champagnat incluso hasta el martirio.
“Mirada misericordiosa de perdón por las omisiones, resistencias a las inspiraciones del espíritu e infidelidades, tanto personales como institucionales”, señaló. Luego declaró, “lo recomendable es aceptar el pasado tal como fue y avanzar rumbo al futuro”.
Ernesto Reyes planteó que ante este escenario hay que buscar respuestas en los primeros religiosos, hermanos que realizaron la promesa de Fourviere. En el fondo, quedémonos con lo más precioso que fue “el comienzo, su herencia, su promesa, su determinación por cumplir el proyecto recibido de Dios y su confianza” puesta en él.
Esbozó, “honrar a estos hermanos nuestros, es atrevernos nosotros, después de ellos a comenzar la Sociedad de María. Sabiendo de dónde venimos podremos mejor orientarnos y decidir a dónde queremos ir”.
El delegado de Misión, apuntó: “Marcelino tuvo un sueño que cambió la marcha de la historia transformando la vida de muchos".
“Somos los portadores de ese sueño, hoy, aquí”, expresó convincentemente. Concluyó manifestando el agradecimiento “a cada uno por seguir la huella de Champagnat”.
FIDELIDAD A MARCELINO
Por su parte el rector del Instituto, Andrés Prado Soto reseñó la Pascua de San Marcelino en L'Hermitage, Francia, a los 51 años destacando una frase distintiva en el fundador: “Todas las diócesis del mundo entran en nuestra mira”.
Prado destacó que el proyecto al servicio de los niños y jóvenes se hace realidad a través de miles de laicos y hermanos en más de 80 países del mundo. “Ser fiel a Marcelino significa alimentarse de su espiritualidad Mariana. Vivir desde ella el compromiso con nuestra realidad: en la familia, en la comunidad, el colegio, el trabajo buscando respuestas innovadoras para atender las nuevas necesidades de los niños, niñas y adolescentes”.
El rector Andrés Prado concluyó deseando una muy feliz fiesta que el domingo 6 de junio recuerda los 181 años de la Pascua de Marcelino Champagnat.
La actividad fue presidida por el padre Patricio Espinoza Núñez y se transmitió por redes sociales desde la capilla del Instituto San Martín. En el lugar se congregó un muy reducido número de personas, entre las que se encontraba el rector del establecimiento, Andrés Prado Soto, Hermano José Luis Arranz, algunos integrantes de la pastoral de Evangelización Explícita y encargados de la transmisión online.
La fuerza del carisma del legado del Padre Marcelino Champagnat estuvo presente en los sentimientos de la comunidad reunida en la Eucaristía, a pesar de las extraordinarias circunstancias que se viven en pandemia.
SER FACILITADORES Y NO OBSTÁCULO PARA LOS DEMÁS
El hermano José Luis Arranz, fue el encargado de leer la primera lectura, un fragmento del Eclesiastés. Luego, la homilía del Padre Patricio Espinoza volcó a la memoria a las personas que son fuente de inspiración y que “de alguna manera están en la raíz de la obra donde participamos”. El pastor invitó a preguntarse qué fue lo que inspiró a Marcelino para realizar su misión y cómo hoy miramos la realidad, teniendo presente en ese quehacer a Cristo.
Reflexionó en torno al rol que compete a cada persona de no ser un “escándalo” (en el concepto bíblico, la piedra de tropiezo) que coarte la posibilidad de ser del otro, pasiva o activamente. Muy por el contrario, hay que ser facilitadores para que los demás lleguen a ser.
El Presbítero, subrayó que la pandemia ha dejado entrever nuestras deficiencias donde los índices de violencia adquieren fuertes ribetes que se expresan de diversas formas como se aprecia en las calles y en las redes sociales. En este punto es necesario, señaló el padre Espinoza, recordar a Jesús cuando sostuvo que la violencia sólo engendra violencia. El ser humano no aprende debiendo actualizarse cada vez, tal como ayer fue con Marcelino, hoy es con nosotros y nuestras futuras generaciones.
Cuestionó en su meditación, ¿Dejaremos un mundo en paz? ¿Dejaremos un mundo en el cual las personas se encaminan hacia el bien? ¿Dejaremos un mundo donde las personas actúen de acuerdo a los buenos principios y valores humanos? “Seguramente -expuso - Marcelino estaría hablando de ello ahora”.
“HONRAR A ESTOS HERMANOS NUESTROS”
De manera telemática se comunicó con los presentes, Ernesto Reyes Plaza, delegado de Misión Marista para Chile extendiendo el saludo desde la capilla desde la Casa Marista de Santa Mónica, Santiago.
Reyes destacó la fecha del 6 de junio como icónica para celebrar la figura de Champagnat: “supone un punto de llegada y de partida. De llegada porque permite mirar el pasado con un corazón agradecido y misericordioso”, con gratitud hacia los primeros hermanos que siguieron fielmente a Champagnat incluso hasta el martirio.
“Mirada misericordiosa de perdón por las omisiones, resistencias a las inspiraciones del espíritu e infidelidades, tanto personales como institucionales”, señaló. Luego declaró, “lo recomendable es aceptar el pasado tal como fue y avanzar rumbo al futuro”.
Ernesto Reyes planteó que ante este escenario hay que buscar respuestas en los primeros religiosos, hermanos que realizaron la promesa de Fourviere. En el fondo, quedémonos con lo más precioso que fue “el comienzo, su herencia, su promesa, su determinación por cumplir el proyecto recibido de Dios y su confianza” puesta en él.
Esbozó, “honrar a estos hermanos nuestros, es atrevernos nosotros, después de ellos a comenzar la Sociedad de María. Sabiendo de dónde venimos podremos mejor orientarnos y decidir a dónde queremos ir”.
El delegado de Misión, apuntó: “Marcelino tuvo un sueño que cambió la marcha de la historia transformando la vida de muchos".
“Somos los portadores de ese sueño, hoy, aquí”, expresó convincentemente. Concluyó manifestando el agradecimiento “a cada uno por seguir la huella de Champagnat”.
FIDELIDAD A MARCELINO
Por su parte el rector del Instituto, Andrés Prado Soto reseñó la Pascua de San Marcelino en L'Hermitage, Francia, a los 51 años destacando una frase distintiva en el fundador: “Todas las diócesis del mundo entran en nuestra mira”.
Prado destacó que el proyecto al servicio de los niños y jóvenes se hace realidad a través de miles de laicos y hermanos en más de 80 países del mundo. “Ser fiel a Marcelino significa alimentarse de su espiritualidad Mariana. Vivir desde ella el compromiso con nuestra realidad: en la familia, en la comunidad, el colegio, el trabajo buscando respuestas innovadoras para atender las nuevas necesidades de los niños, niñas y adolescentes”.
El rector Andrés Prado concluyó deseando una muy feliz fiesta que el domingo 6 de junio recuerda los 181 años de la Pascua de Marcelino Champagnat.
© CONGREGACIÓN DE LOS HERMANOS MARISTAS
Ámbito de Diseño, Informática y Comunicaciones