De las vacaciones al colegio.

Niños, niñas y jóvenes experimentan la alegría del reencuentro con sus amistades y compañeros de curso. Para otros también es el momento de comenzar a estudiar por primera vez en un nuevo colegio; algunos experimentan la estresante experiencia de estar alejados del hogar desapegándose por primera vez de la mamá y el papá.

Ciertamente que las vacaciones y el compartir más tiempo en familia han alterado rutinas, hábitos horarios de sueño y vigilia, hábitos alimentarios y también de disciplina haciendo más difícil el regreso a clases por lo que es aconsejable apreciar ciertos puntos para el retorno a clases considerando que los primeros días son decisivos para su desempeño escolar durante todo el año.

Algunos “tips”.

Comience el día con un nutritivo y rico desayuno: verifique que se consuma un buen desayuno ya que es el principal alimento de la mañana que facilitará concentrarse y aprender mejor. Incluya un sano suplemento alimenticio para una colación rápida durante los recreos.

Otro dato clave parece ser “bajar las revoluciones”: especialmente en los más pequeños; esto implica un proceso en el cual, por ejemplo, a las nueve se cepillan los dientes, ponerse el pijama y un poco más tarde estar acostados. Si juegan hasta muy tarde estarán altamente estimulados retrasando todo el proceso de sueño-vigilia. Lo mismo ocurre si ven televisión o emplean algún “gadget” electrónico que, usado hasta muy tarde, sólo los sobre estimulará.

Antecedente a considerar es cuando los niños llegan por primera vez al colegio: dolor abdominal o dolor de cabeza pueden ser síntomas comúnmente observables. Para esto, existe la tentación de no llevarles al colegio. La mejor manera de enfrentar este punto es, precisamente, ir a clases. Los papás pueden estar atentos a esos primeros días de integración. Conversar permanentemente durante el proceso es fundamental escuchando lo que están sintiendo valorando el encuentro con nuevos compañeros así como destacar el hecho de adquirir y consolidar nuevos conocimientos que les serán muy útiles en su vida personal y profesional.

Recorrer junto a sus padres el colegio: reconocer espacios y recintos como patios, baños, salas de clases ayudará a bajar las tensiones. También conversar con sus tutores o tutoras y miembros de la comunidad educativa reducirán el estrés del inicio.

Sea puntual: tarea importante para los padres e hijos es salir temprano al colegio evitando un estrés adicional matinal donde abundan los tacos. No olvide que la mochila escolar debe estar lista el día anterior.

Conversar de verdad: los expertos sugieren a los padres no repetir la pregunta “¿cómo te ha ido el primer día de clases?” cambiándola por un “¿qué has aprendido en la clase de lenguaje?”, “¿qué tareas tienes?”, “¿quién es tu profesor (a) favorito(a)?” o “¿qué libro debes leer?”; ellas tendrán por respuesta un desarrollo que le demostrarán al niño o joven que sus padres están interesados en cómo le va en la clase y qué está aprendiendo y no un monotemático e inconducente: bien, mal, sí o no.

La vuelta al colegio ha de ser una experiencia que se nutre con conversaciones positivas por sobre las negativas matizadas con una buena dosis de optimismo que proviene del hogar. Todos los actores involucrados en el proceso enseñanza-aprendizaje tienen una buena cuota de responsabilidad para que la experiencia de volver a clases sea una buena oportunidad para que perdure durante todo el año escolar.

Lo común es constatar que transcurridos tres o cuatro días estos ya se habrán habituado a la nueva rutina de la casa y del colegio.

Texto y fotos:
Profesor Francisco Contreras Robles