Invitada por el departamento de Lenguaje del Instituto San Martín (ISM) y con el apoyo de editorial SM, la autora ganadora del concurso “El Barco de Vapor” el año 2014, compartió con los jóvenes de octavo, primero a tercero medio y los de cuarto medio, integrantes de la revista literaria “Licor de Ave”. Camila Valenzuela ha desarrollado su literatura especialmente dedicada a jóvenes adolescentes.

De menuda figura y suave hablar, Camila (30 años) ha desarrollado una prolífica veta de escritora que la hecho merecedora del reconocimiento del medio cultural nacional. Tras licenciarse en Literatura Creativa estudió el Magíster en Edición de la Universidad Diego Portales y el de Historia del Arte de la Universidad Adolfo Ibáñez. Actualmente cursa un Doctorado en Literatura en la Universidad de Chile.

Compartió con los estudiantes algunas claves respecto de su experiencia como escritora con los jóvenes quienes forman parte de la legión de sus “booktubers” quienes  comentan y recomiendan sus libros en Youtube. Durante sus años de estudio muchas veces observó que no habían ramos que exploraran en mayor profundidad la literatura infantil o juvenil motivándola a investigar siendo en la actualidad académico titular en el diplomado de Literatura Infantil y Juvenil de la USACH.

Dio a conocer  un sinnúmero de “tips” que resumió a los presentes como detalles del proceso creativo de sus libros. “En un comienzo los personajes llevaban algo de mí misma y que ha ido cambiando –con la mayor experiencia adquirida a lo largo de los años- cuando se van construyendo los personajes de mis obras”, explicó a la audiencia. Señaló que “en el caso de Tolkien, este construyó su obra de una manera muy pulcra que resulta difícil criticarla”, al igual que la de otros autores “que son capaces de escribir una saga, de más de mil páginas, donde todo está muy bien puesto, son grandes maestros; aunque en el mundo de las sagas hay de todo, como cuando leí Crepúsculo y se transformó en una de mis peores experiencias de lectura”, sentenció de manera precisa.

Recorrió y se maravilló con las páginas de la revista “Licor de Ave” que realizan los estudiantes literatos del ISM.

Consultada por este medio informativo recalcó que para escribir, en pocas palabras, hay que “primeramente, leer mucho, todo lo que puedan leer; lo bueno, lo malo y lo feo hay que leerlo. Como segunda instancia escribir mucho; de hecho, tal como me ocurrió con Zahorí que lo reencontré diez años después, lo escribí cuando chica y de ella se han podido extraer muchos frutos; y tercero, ser un observador. Flaubert decía que había que ser flâneur, un voyerista de todo su entorno”, clarificó.

Ya lo saben los amantes de las letras, tres buenas ideas para comenzar a escribir.

Texto y fotos:
Profesor Francisco Contreras Robles.

Nota del autor: El término flâneur fue acuñado por Walter Benjamin en referencia a Baudelaire y su poema “À une passante”, poesía relacionada con la modernidad y la experiencia citadina.También Gustave Flaubert recurre a ese paseante ocioso que todo lo observa y que busca el detalle preciso con el que alimentar su prosa. Por lo tanto, flâneur, define a un explorador urbano que sale a la calle a impregnarse de todo lo que le sale al paso: la cualidad de la luz, los sonidos de los automóviles, los fragmentos de conversación cazados al vuelo, un gesto significativo, etcétera.