Muchos de nuestros estudiantes cuentan con el poderoso estímulo que nos ha traído el cine de ciencia ficción, por ejemplo, el popular “Arturito” (R2D2) de la saga “Star Wars” o la lucha entre los “autobots” y los “decepticons” en “Transformers”, unido a otras aficiones como los juegos electrónicos o aquellas relacionadas en descubrir cómo funcionan los objetos mecánicos y electrónicos de uso cotidiano.

Integrar  conocimientos que se adquieren en campos diferentes y a la vez complementarios como la electrónica, la programación computacional, uso de software y hardware, la mecánica e inclusive el diseño o la ergonomía para construir, entre otros, pequeños vehículos capaces de ejecutar de manera precisa las instrucciones que se les han programado es parte de los primeros pasos que ha dado el departamento de ciencias con el taller de robótica.

Etimológicamente la expresión "robot" proviene de la palabra checa "robota", que quiere decir “labor forzada”, trabajador o esclavo, y apareció por primera vez en el año 1920 en la obra teatral de Karel Capek "R.U.R" (Robots Universales de Rossum). Los robots mecanizados han coexistido con el hombre desde hace mucho tiempo. Es común observar en la historiografía que en el siglo XVIII los relojeros europeos construían engranajes que  movilizaban intrincados y novedosos mecanismos que realizaban las acciones más simples, como levantar objetos, mediante complejos procedimientos.

Posteriormente, es en el siglo XX cuando la robótica comienza a tener un explosivo desarrollo: relojes digitales, receptores de radiofonía, detectores infrarrojos, sistemas de control automático de lavadoras, tostadoras o microondas; un largo enumerar de la tecnología que hoy está a nuestro alcance.Si consideramos que en nuestro país menos del 10% de la industria es manufacturera, el campo que se abre para los potenciales ingenieros de la robótica -o áreas afines- del futuro es amplio y promisorio.

Ese es el nicho del que se ha preocupado el departamento de ciencias del Instituto San Martín quienes junto al trabajo directo de la Profesora Daniela Reyes y los alumnos pioneros en este campo, Francisca Landaeta, Jesús Moris, Javier Torres y Vicente González  están apoyando la investigación y comparten sus conocimientos con los niños que recién están dando sus primeros pasos en este campo.

Les vimos trabajar en el laboratorio de robótica del colegio y también les observamos muy interesados por inquirir detalles sobre el cuadricóptero (drone) presentado por la facultad de ingeniería de la Universidad de Talca, durante la reciente Expo Maristas. Una imagen que cautivó a chicos y grandes y que entusiasmó a los fanáticos de estas “nuevas” herramientas tecnológicas, esta vez, “made in Chile” y, por qué no, "made in Curicó".