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INSERCIÓN RURAL: UNA GRAN EXPERIENCIA
Por
Francisco Contreras R.
Publicado:
4 Noviembre 2014
Leido 522 veces
Huelón, Rapilermo, Paraguay y Docamávida son lugares donde se vivió el proyecto de inserción rural
Llegar a tercero medio conlleva, como se espera, el desarrollar los talentos y capacidades intelectuales a su máximo potencial; también dar un paso más en la consolidación de valores en cada estudiante a través de la experiencia de inserción rural.
Tal como ha sido tradicional, el vivir en el campo con familias lugareñas que acogen a nuestros alumnos ha sido un trabajo que se ha sostenido a través de los años constituyéndose en un ejemplo educativo en nuestro país. Este año, la comuna de Curepto pudo apreciar a un centenar de estudiantes maristas del Instituto San Martín de Curicó pertenecientes a los terceros medios que coparon las localidades de Huelón (3° humanista), Rapilermo (3° matemático), Paraguay y Docamávida (3° Biólogo).

Estos estudiantes fueron acompañados por sus tutores, profesores Juan Palma, Jorge Muñoz y Eduardo Klein quienes junto a un grupo de monitores de cuarto medio (que ya vivieron esta experiencia el año pasado) acompañaron y vivieron en terreno esta experiencia rural (o Proyecto 14) en el secano costero de la región del Maule. Durante la semana, fueron visitados por el rector del Instituto San Martín, Jaime Inostroza Marín y miembros del Consejo Directivo (CODI) del colegio.

Valentina Armijo, estudiante de cuarto medio, cumplió tareas de monitora en Rapilermo y señaló “que las familias del lugar son muy acogedoras y los niños se portaron muy bien; ellos realizaron diversas tareas domésticas y compartieron el trabajo diario de cada familia como cortar leña o alimentar las aves y los animales”. Por su parte, Benjamín Torres declaró que en un comienzo "pareció difícil generar un lazo de cercanía con los jóvenes que, afortunadamente, rápidamente se estrechó permitiendo que ellos abrieran sus corazones dejando fluir sus emociones de manera de expresar lo que vivían en sus “nuevas” familias. No es una tarea difícil que se comparte muy bien entre los monitores de cada lugar donde se ubican”, puntualizó.

“Fue una experiencia que de verdad es muy grata; a veces tenía la sensación que me costaría mucho ser monitora; sin embargo la satisfacción fue muy grande. Lograr que los niños a nuestro cargo crezcan un poco más nos ayuda a nosotros también a desarrollarnos mejor”, dijo Belén Carrasco , monitora de cuarto año, a este medio.

Agregó la misma alumna, que “esto me motiva para mi futuro y puedo señalar que en el equipo de monitores estuvimos también con Benjamín Díaz con quien trabajo en el grupo de los Tatas y esta actividad –desde este nuevo rol- nos permitió desarrollar nuestras capacidades de liderazgo y nos ha motivado con mayor fuerza a seguir trabajando y a la vez motivar a otras personas para seguir en esta senda de servicio”.

Todos los entrevistados indicaron que los alumnos de terceros tuvieron un comportamiento acorde a lo esperado y estuvieron muy en sintonía con lo que significa vivir en plenitud esta experiencia promovida por la Pastoral del Instituto San Marín de Curicó: “lo pasaron muy bien, se involucraron en los quehaceres de sus familias sin contratiempos”, sentenció finalmente Belén Carrasco.


Fotos: Pastoral ISM Curicó.
 

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