Ciudad de contrastes
es Curicó en estos días. A la destrucción de cientos de viviendas
del centro de la ciudad se contrapone la apacible y tranquila vida
de nuestros estudiantes quienes retomaron con bríos, a pesar de las
fuertes réplicas, este nuevo año escolar.
El lunes 22 de marzo las actividades colegiales
volvieron a su tradicional cauce cuando centenares de alumnos,
profesores y personal colegial nuevamente comenzó a darse cita
en nuestro ISM. Ciertamente que nuevos modos de comportamiento
se han ido incorporando en el cotidiano escolar marista de esta
terremoteada ciudad. La visita impectiva de ingenieros,
arquitectos y experto en riesgos (ACHS), la labor del Comité
Paritario y el trabajo del Consejo Directivo sumado a los
reiterados simulacros de evacuación hacia las zonas de seguridad
de nuestros patios han permitido dar tranquilidad a las familias
y estamentos escolares respecto a que nos encontramos en un
recinto con edificios seguros.
Los profesores y asistentes de la educación han
asumido con resuelta disposición el ayudar a construir una cultura
de la prevención y auto cuidado permanente ante la emergencia. En
particular aquella que a cada instante nos recuerda que la
naturaleza puede mostrarnos sorpresivamente su lado menos amable.
Sin embargo aquí, nuestros niños y jóvenes encuentran un espacio
encantador para aprender y compartir. La gráfica, por lo menos, así
lo demuestra.