No mancha lo que
entra de fuera, sino lo que sale del corazón. Lo importante es el
corazón, es el motor de la vida. Tenemos que revisar, limpiar el
corazón para que marche en plena forma.
Palabras sucias, pensamientos viscosos, acciones que
rebajan tienen su raíz en un corazón enfermo. ¡Cuidemos nuestro
corazón!.
Hay muchos enfermos del corazón porque lo tienen
lleno de odios, de resentimientos, de carroña, de hipocresía
Cuidemos mucho nuestro corazón.
Tanto vale el hombre, cuanto vale su corazón. Hay
corazones duros como una piedra. Les materializó el egoísmo. Son
incapaces de amar, incapaces de vibrar ante las cosas nobles y
bellas.
Ojos grandes, limpios, iluminados para caminar
por la vida sin complejos prematuros de pecado.
El pecado empequeñece y merma la grandeza del
hombre, le impide disfrutar de la belleza luminosa de la vida.
¡Solo disfrutan de verdad los limpios!
Modelo de corazón limpio es la Virgen Inmaculada cuya fiesta
celebramos el 8
de diciembre. Mirarla es comprender toda la belleza
sublime de las almas iluminadas.Felices los
limpios de corazón, porque verán a Dios.
Pidamos a María Inmaculada, nuestra Buena Madre,
un corazón grande como el mar, limpio como una estrella.
Creo que vale la pena luchar con sangre por
mantener el corazón transparente.
¡Madre, en tus ojos hay una luz misteriosa!
Con mucho amor y devoción digamos: SANTA MARÍA DE
LOS OJOS LIMPIOS, RUEGA POR NOSOTROS.