Toda la comunidad
colegial se reunió en el gimnasio del Instituto San Martín para
celebrar en una fría mañana de viernes lo que fue la última
eucaristía del primer semestre. El Padre Osvaldo Navarrete, capellán
de enseñanza media superior, fue el encargado de entregar la
reflexión espiritual dirigida de manera muy especial a los jóvenes
estudiantes presentes en el lugar.
El Padre Osvaldo recordaba que hoy los jóvenes han de seguir el
ejemplo de Saulo (Pablo de Tarso), también llamado San Pablo Apóstol
quien se convierte al cristianismo y pasa a ser un hombre bueno, muy
distinto al que era antes (un perseguidor de las comunidades
cristianas). Ese cambio le transformó en una luz que fulgura para
hacer el bien entre los suyos.
Esa es la invitación a la cual indicaba nuestro capellán ha de
acceder cada uno de nuestros alumnos (as). Cada cual ha de hacer
correctamente su trabajo, desplegar su potencial en sus estudios,
ser buenos hijos y hermanos; pero además, han de hacer el bien entre
los necesitados, los pobres y los enfermos. El disfrutar de los
juveniles años que se tienen en esta etapa de la
vida implica disfrutar del servicio a los demás
prodigados con humildad y cariño. Ese llamado especial es lo que el
mismo San Pablo llamó vocación y que nuestro querido pastor
refrendó esa mañana al señalar:
Aquí está Jesús, el Dios que les invita a ser servidores entre los
que sufren.