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La Pascua de Marcelino: 6 de Junio, 1840.
Por
Instituto San Martín .
Publicado:
6 Junio 2007
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"Digan a sus niños que Jesús y María los aman mucho a todos: a los que son buenos porque se parecen a Cristo Jesús, que es infinitamente bueno y a quienes no lo son todavía porque llegarán a serlo.."

Vista exterior de la Capilla de San Marcelino en Nuestra Señora del Hermitage
Altar y urna de San Marcelino
 

Urna con los restos de San Marcelino Al iniciarse el año 1840, Marcelino seguía trabajabando con gran intensidad. Se sentía bien al compartir y orar con sus hermanos en comunidad. Sin embargo, el mal que le aquejaba no le dejaba en paz. El miércoles de ceniza tuvo un violento ataque nefrítico que no le abandonaría sino hasta su muerte. Percatándose de la gravedad de su enfermedad decidió dejar organizados todos sus temas pendientes acudiendo donde un notario, ya que las propiedades de la congregación figuraban a nombre suyo. El 13 de abril, Jueves Santo, ofició la misa en Grange-Payre. Luego de la eucaristía conversó con los alumnos: «Recordad con frecuencia que Jesús os ama mucho (...). Si tenéis mucha confianza en María, ella os alcanzará la gracia de ir al paraíso, os lo aseguro».
  Numerosos hechos se sucedieron con rapidez en el mes de mayo: la última misa, la unción de los enfermos, la lectura de su testamento espiritual delante de los hermanos, entre otras actividades. El jueves 4 de junio comulgó por última vez. El viernes se agudizaron los sufrimientos. Jesús, María y José se hallaban en el centro de su corazón y de su oración. Todo el Hermitage era un templo. Los hermanos rezaban constantemente. Se cuidaban en los mínimos detalles para evitar el más ligero ruido.
Detalle del esmalte de la urna
Capilla de San Marcelino
Emblema del Instituto (mosaico delante del altar) El sábado, 6 de junio, vigilia de Pentecostés, después de una hora de agonía, cuando la comunidad entonaba la Salve, Marcelino entregó su alma a Dios. El día 8 de junio, con nutrida asistencia de eclesiásticos y personalidades civiles, se celebraron los funerales de Marcelino Champagnat. Para esa fecha, la obra de Marcelino arrojaba los siguientes números: 280 hermanos (49 difuntos), 48 establecimientos, 180 hermanos instruían a unos 7.000 alumnos. Años después, el 29 de mayo de 1955, Marcelino es beatificado por el Papa Pío XII. Más tarde, el 18 de abril de 1999 fue canonizado por el Papa Juan Pablo II. Era el reconocimiento de su santidad. Marcelino Champagnat, un Hombre – Santo que supo superar la adversidad en pos de un sueño que buscaba una meta mayor:
«Todas las diócesis del mundo entran en nuestras miras».

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