Los alumnos Sebastián Arias y Francisco Sabugo nos invitan a viajar por el universo de la forma explorando las infinitas posibilidades escultóricas y formales en la pureza propia de un cubo que es modificado para comparecer ante una intención artística específica. Un paramento negro, reciclaje de una escenografía teatral, configura el soporte. Y no es más que la materialización de la tensión creada entre las dos columnas cilíndricas sostenedoras del nuevo pabellón escolar. Lo llamamos el “manto”. Manto porque cobija las primeras creaciones de aquellos que se arriesgaron a dar el primer paso en su camino hacia el arte de proyectar. Escenario ideal: Mentes sensibles.

Operar con la sensibilidad perceptiva y propioceptiva del joven artista, hacerlo consciente de sus infinitas potencialidades creativas y ayudarlo a encauzarlas hacia fines específicos para remover emociones en el desinteresado espectador de la colectividad, son algunos de los objetivos que motivaron la creación de este taller. Porque vivenciar un proceso de diseño conlleva múltiples decisiones. Correctas o no, ellas van forjando en el joven una confianza para transmitir lo que siente ante los estímulos que recibe de su entorno. A lo largo del taller hemos sido testigos de cómo estos cambios han ido incrementando la energía en sus trazos (seguridad), la determinación en sus ideas (confianza) y la lucha incesante por llevarlas a puerto (convicción). Operatoria:

Acercarse al arte a partir de la construcción de modelos tridimensionales que son diagramados en un soporte bidimensional y luego estructurados en maquetas.

El “arte-facto”, en un primer término, es prefigurado en la mente del alumno y luego estructurado con materia concreta. Es así como, además del desarrollo personal, se consigue enriquecer la capacidad de visualización espacial y técnicas graficas (códigos universales para quienes deseen seguir carreras orientadas al ámbito artístico del diseño y la arquitectura). Agradecimientos:

A mis alumnos Francisco Sabugo y Sebastián Arias, a Waldo Estuardo por su sensibilidad y rigor creativo y, finalmente a todos aquellos quienes colaboraron desde atrás por permitirnos realizar este sueño.