Cada miércoles y luego de terminadas las confesiones para los adultos (8:30 a 9:30 hrs), los estudiantes acuden rotativamente a la capilla colegial para participar como curso en la Eucaristía que preside el capellán del Instituto San Martín, Padre Carlos Campos Núñez.

Acompañamos a los primeros medios (A, B y C) el  miércoles 25 de mayo; puntualmente a las 10 de la mañana, cada curso ingresó al lugar de reflexión y oración acompañado por un profesor, todos en actitud de respeto y consideración por lo que significa contar con un momento dedicado a unirse con sus pares en torno a la palabra sagrada del día.

Una breve motivación a cargo de la encargada de Animación Pastoral del Instituto San Martín, Rossana Avendaño Araya centró la reflexión y conexión con los hechos del acontecer nacional y el necesario enlace con el espíritu siempre presente de Jesús. Alumnos se encargaron de dirigir fluidamente la Eucaristía que contó también con un entusiasta coro e instrumentistas que acompañaron con su música y cantos los diversos pasajes de la oración.

El padre Campos dijo a los jóvenes que “cada vez que vamos a misa y celebramos la Eucaristía, Dios se hace presente con su mensaje entre nosotros y cada uno ha de estar con oídos atentos para reconocerle: Dios me quiere corregir, me quiere orientar o me quiere alentar en mi vida”, indicó. Amplió la reflexión en torno a la lectura bíblica cuando los hermanos Juan y Santiago pidieron ubicarse en los primeros puestos: «Concédenos que nos sentemos en tu gloria, uno a tu derecha y otro a tu izquierda.» Jesús les dijo: «No sabéis lo que pedís » – (Marcos 10,32-45).

El presbítero continuó señalando que acudimos a Jesús, muchas veces para pedirle algo. Es posible, dijo el padre Campos, que muchas veces ocurra que lo que se le pide al Señor, no es lo que él tiene dispuesto para cada uno en su plan divino: “pidámosle a Jesús, pero con la disponibilidad de saber que él nos dará lo que es mejor para nosotros.”

Destacó el capellán marista, que Jesús les dice a los dos hermanos que no es necesario estar en los primeros puestos, sino que por el contrario deben preocuparse de transformarse en “servidores” unos de otros. Ayudarse unos a otros como debe ocurrir en cada curso, “dejando de lado el egoísmo y preocupándonos por los demás que están cerca fijándome en las necesidades de los demás”, resaltó. Ello traerá alegría y paz al interior de cada persona.

Eucaristía de encuentro con la palabra y con sus compañeros en camino de encontrar en ellos amistades perennes que les acompañarán incluso más allá de los intramuros de su colegio cuando alguna vez lo dejen.

Una vez concluido en encuentro eucarístico, cada curso retornó a su sala para retomar con vigor su quehacer escolar cotidiano y, si se tuvo oídos para percibir el susurro divino, querrá decir que algo anidó en los corazones de cada joven.


Texto y fotos:
Profesor Francisco Contreras Robles