La cultura vocacional marista debe comprenderse como  un proceso que busca desarrollar una espiritualidad de la vocación humana encarnada en lo cotidiano de la vida, invitando a celebrar lo sagrado de las múltiples experiencias con la mirada puesta en gestar y expandir la dimensión creyente en el cotidiano de cada día, desde el mensaje de Jesús.

El equipo de Pastoral Marista ha promovido durante los últimos años cuatro ejes que se han considerado fundamentales para ser acrisolados por los integrantes de una comunidad educativa, tal como lo es la del Instituto San Martín: una mirada positiva de existencia humana, la experiencia amorosa de Dios, el carácter relacional de la experiencia de fe y, finalmente, una identidad Marista. Reflexión promovida desde diferentes niveles por los equipos de Solidaridad, Espiritualidad y Laicado y, particularmente el equipo de Evangelización Explícita.

Ronald Güímenez y Ana María Díaz estuvieron en el ISM trabajando con dos grandes grupos de educadores. Aquí recordaron y destacaron que asumir una mirada común de cultura vocacional marista nos sitúa a todos como en una barca donde los pasajeros, todas personas diferentes, pueden navegar juntos. Güímenez robusteció el concepto de la inclusión donde “todos pueden subir a esta barca”, mostrando una elocuente imagen que cita un breve pasaje del “Principito” de Antoine de Saint-Exupéry:

“Los seres humanos cuando quieren construir un barco, no comienzan por juntar maderas, se sientan a soñar con el mar”.

Las personas –estudiantes, educadores, padres, apoderados, etc.- tienen miradas que son complementarias y los aportes a esta mirada común de la cultura vocacional  son “las experiencias de vida que se desea compartir” donde la escucha activa es relevante cambiando  el eje de "cómo Dios le habla a los jóvenes" por otra que interpela con un  "Dios que nos habla a través de los jóvenes" y donde “hay una sorpresa que Dios guarda a cada cual al final del compartir cada experiencia", explicó Güímenez.

Rossana Avendaño, coordinadora de Pastoral del colegio,  destacó que estos talleres responden a un Proyecto sectorial de la Congregación y “procurando  promover primeramente en los educadores el tema vocacional y una vez que estos tomen conciencia de su peso poder transmitirla a los estudiantes”. Hay, entonces –explicó la coordinadora de Evangelización Explícita del ISM- este proyecto cumple una doble finalidad dirigida transversalmente a los educadores y, por consecuencia, a cada estudiante del instituto. Recordó Rossana Avendaño que “años atrás esta tarea estaba en manos de los Hermanos; hoy esa invitación y misión se entrega a los laicos” que deben aquilatarla y compartirla en el mundo. “Es encontrarle un sentido a nuestras vidas y quehacer como hijos enviados por Dios”, acentuó la educadora marista.

Este ciclo sigue hasta el venidero 2017 para continuar luego, en la fase de bajada, en el cotidiano de lo educativo permeando con el mensaje de Jesús en los consejos de curso, jornadas, etc.; futuros nuevos desafíos de implementación para los colegios del sector.