Ceremonia realizada en el gimnasio colegial, engalanado para la ocasión, y que contó con la presencia del rector del instituto, Jaime Inostroza, hermanos de la comunidad marista, miembros del Consejo Directivo colegial, educadores, exalumnos, padres y apoderados de los estudiantes que iniciaban así la senda de despedida de sus enseñanza media como Generación 2015.

En la oportunidad se destacó reiteradamente el valor simbólico que tenían para Marcelino Champagnat las tres violetas maristas: humildad, sencillez y modestia, que debían ser imitadas como ejemplo dado por “La Buena Madre”.

Dirigió su mensaje el presidente del Centro de Exalumnos, Juan Asenjo, exteriorizando el testimonio de cariño dado por la comunidad escolar durante la mañana de esa jornada a la espera de la liturgia dedicada a cada egresado y sus familias y que ha de culminar con la ceremonia de licenciatura en una semana intensa de emociones y sensaciones diversas “con una licencia entre sus manos que demuestra que poseen las competencias necesarias para poder optar a los estudios superiores que cada cual estime conveniente.” Ceremonias que reflejan “el afecto que la comunidad escolar siente por cada uno de ustedes”, expresó Asenjo.

Indicó también el presidente del estamento que reúne a los exalumnos que la preparación de “esta sencilla ceremonia es para decirles que pasan a convertirse en nuestros hermanos menores” teniendo cada ceremonia “el desafío común de seguir invitándoles a cultivar los dones culturales y valóricos que se les han entregado”. Luego pidió que el sello marista que se les prenderá en la solapa sea el reflejo de la humildad, sencillez y modestia que habrán de demostrar en cada lugar en que se encuentren teniendo además las herramientas para producir cambios en cada lugar donde se encuentren desarrollándose profesionalmente también.

Invitó a los futuros egresados de esta generación a sentirse parte de su Centro de Exalumnos uniéndose a las diversas actividades de carácter pastoral, social, deportivo y cultural que se busca promover en su interior para beneficio de los exalumnos y la comunidad curicana en general.

“Mantengan esta amistad que ya tienen; con el correr del tiempo visiten el colegio a menudo, mantenga viva la llama que está dentro de ustedes”, dijo con vehemencia. Finalizó su discurso con el saludo a los padres y apoderados que se encontraban presentes, particularmente alegrándose por quienes siendo exalumnos traen a sus hijos al instituto confiando en la enseñanza y formación de esta importante institución educacional de Curicó y la región.

Texto: Profesor Francisco Contreras Robles
Fotografía de Fernando González.