Sergio Canals, de dilatada experiencia profesional, autor de diversos libros que abordan dicha problemática, se reunió primeramente con alumnos de 2°, 3° y 4° medio. Luego hizo lo mismo con los estudiantes de 7°, 3° y 1° medio. Por la tarde, su charla la dirigió a los educadores del ISM; concluyendo a última hora del día con el encuentro con los padres y apoderados de nuestro colegio.

De trato franco y espontáneo, claro y preciso, Canals usó una técnica dialógica - directa con los adolescentes con quienes conversó usando los códigos de la cultura juvenil; una manera para poder aproximarse y “zumbar” en el interior de cada joven.

Preguntas detonantes como ¿Bebes alcohol? ¿Quién te invitó a tomar alcohol? ¿Por qué a los 18 años –o mucho antes- estás tomando? ¿Te has fumado un pito de marihuana? ¿Cuáles son los factores que facilitan el consumo de alcohol y drogas?, entre muchas más no dejaron impávida a la audiencia para comprender que en estos temas no se puede estar a medias tintas debiendose postergar al máximo la ingesta de alcohol y-bajo ningún pretexto- probar sustancias químicas por su comprobada naturaleza de drogo-dependencia.

Es indudable, a la luz de la ciencia médica, que el cerebro humano está en permanente desarrollo y que la función del lóbulo frontal (centro regulador de las funciones ejecutivas del ser humano como dirigir nuestra conducta hacia un fin, atender, planificar, secuenciar y reorientar nuestros actos) es muy relevante. Además, esta es la zona que se liga con la motivación y la conducta.

El lóbulo frontal, tal como un director de orquestra, dirige y coordina otras estructuras neuronales, ejemplo, el cerebro emocional o sistema límbico. En proceso evolutivo desde que nos gestamos continuará con su desarrollo madurativo hasta los 24 o 25 años.

Es aquí donde Canals pone la alerta y la advertencia: “Se debe, por lo menos, postergar al máximo el consumo de alcohol y ni siquiera probar drogas ya que ellas poseen el efecto de provocar placer instalándose en la red neuronal y generando una particular apetencia por estas que a la postre es totalmente perjudicial para la persona.”

“Un joven que toma alcohol o lo consume inclusive como una “probadita” hace cosas que escapan al pensamiento, a la razón; que te pueden provocar daño a ti o a los demás y, te esclavizarán si esto se transforma en un hábito”, sintetizó el psiquiatra.

“Claro, taxativo y didáctico en su exposición”, señalaron a este medio diversos educadores; lo mismo manifestaron padres y apoderados que siguieron muy atentos sus charlas. El rol de cada familia está en generar una red de sana protección con claro y firme argumento frente a este tema.

No es posible que, como muchas veces se reconoce, sea en el seno de las propias familias donde se incite a probar alcohol para “que aprenda a como se debe beber con moderación”; esto constituye una falacia, porque lo que se hace es simplemente estimular nuestro cerebro a querer beber gradualmente más y más con consecuencias nefastas y trágicas; en el caso de las drogas, el fenómeno es similar; pero con una gran matiz de diferencia: el efecto es aún más rápido y cada “piteada” aniquila miles de neuronas por evento.

En la triada escuela, familia y adolescente, los padres son uno de los pilares fundamentales para formar y sostener a sus hijos e hijas; hay que ser consistentes y firmes porque la etapa de desarrollo de éstos merece un particular cuidado sobre cómo se actúa.

La promoción de un ambiente sano, la práctica de deportes, la ocupación con tareas que promuevan el desarrollo del intelecto de los jóvenes, la presencia de los afectos y, tal como en un colegio marista, el desplazarse hacia lo trascendente y espiritual del ser humano serán factores que contengan y protejan a nuestros adolescentes.

Esto ayudará a hacer crecer la red de neuronas de nuestro cerebro, particularmente en el lóbulo frontal y, consecuentemente se madurará para tomar decisiones acertadas y en algún momento poder decir no al alcohol y las drogas, cuando alguien le tiente a dar una “probadita”.




Texto y fotografía:
Profesor Francisco Contreras Robles.