Cuando las vacaciones de invierno han comenzado a tomar vuelo durante estos fríos días, aún resuena el recuerdo de la algarabía juvenil de los últimos momentos de la semana marista.
Ya lo habíamos señalado: despliegue de música, creatividad e imaginación para representar de la mejor manera a cada una de las alianzas que este año 2011 compitieron por el preciado primer lugar (preámbulo del merecido descanso invernal).
Vimos a jóvenes contentos a pesar de las gélidas jornadas que acompañaron estos eventos; también a familias completas que acompañaron a sus hijos e hijas durante los eventos de cierre de la semana marista, profesores y profesoras que estaban al lado de sus alumnos cumpliendo diferentes tareas.
Una comunidad que se dio un merecido paréntesis para crecer en otras dimensiones que hablan de valorar el trabajo en equipo, la constancia para lograr unos puntos extras, ensayos y más ensayos para que todo saliera (casi) perfecto.
Al final, sólo quedan los agradables momentos vividos, el cansancio experimentado y la necesaria reflexión donde todos debemos recordar que lo más importante es competir y disfrutar sanamente esta actividad más que el lugar obtenido en un ranking.