De corazón, les deseo pleno éxito en su noble misión de “evangelizar educando”.

Iniciado el año escolar 2011, espero que cada educador conjugue muy bien estos verbos:

EDUCADOR: • Si quieres que tus alumnos entren “por el aro” o más bien
por el corazón… PERDÓNALOS.
• Si tus alumnos te ven como un superior, distante,
inalcanzable… ACÉRCATE.
• Si quieres que tus alumnos vayan poco a poco cambiando
y madurando… ILUMÍNALOS.
• Si tus alumnos no hacen otra cosa que hablar, molestar y
bostezar, desatendiendo tus sabios consejos… ESCÚCHALOS.
• Si en ocasiones, piensas que estás perdiendo el tiempo con
tus alumnos y lo mejor es tirar la toalla cuanto más lejos
mejor… REINTÉNTALO.
• Si tus alumnos hacen lo correcto, aunque sólo sea una parte
de las cien que deberían haber hecho… FELICÍTALOS.
• Si te encuentras con que tus alumnos se han cansado del
esfuerzo y están aburridos, decepcionados y desmotivados…
ILUSIÓNALOS.
• Y si haces todo esto y tus alumnos siguen sin cambiar,
haciendo las mismas travesuras, e ignorándote por
completo… entonces… QUIÉRELOS. Más si el reloj y la nómina te interesan más que tus propios alumnos… entonces el MAESTRO separará a los educadores en dos grupos y dirá a los de un lado: “Venid, benditos de mi padre, tomad posesión del Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo”.

Porque fui a vuestro encuentro y me escuchasteis, sin importaros en absoluto trastocar los planes que teníais para ese día.

Porque mi autoestima estaba por el suelo, debido a mis escasas capacidades y no parasteis hasta que mi moral subió unos cuantos enteros.

Porque me metí en problemas y no os importó dar la cara por mi, sin que la vergüenza sonrojara vuestros rostros.

Y entonces los maestros le dirán al Señor: ¿Y cuándo sucedió esto, Señor Y el Maestro les responderá: “Os aseguro que cuando lo hicisteis con cada uno de los alumnos que yo mismo os envié… conmigo lo hicisteis”.

¡FELIZ AÑO ESCOLAR queridos educadores!