Modelos científicos, fisiológicos, posters y figuras demostrativas fueron parte de esta propuesta planteada en términos de salir del espacio tradicional de la sala de clases hacia el mundo cotidiano relacionando lo aprendido durante el presente año con experiencias significativas del día a día.
Dotados de la experticia y conocimientos suficientes, los estudiantes-guías de la muestra contestaron las ávidas consultas de sus pares. De esa manera los científicos de octavo año desplegaron maquetas demostrativas de un proyecto eólico (tan en boga hoy en día en nuestro país que busca disponer de una limpia matriz energética).

Intertanto, los primeros medios se dedicaron a mostrar las ondas estacionarias (formadas por la interferencia de dos ondas de igual naturaleza y que cuentan con igual amplitud y longitud de onda) avanzando en sentido opuesto a través de un medio como un cable o cuerda).

El uso de espejos y la aplicación práctica de los fenómenos físicos de la reflexión y refracción también llamaron la atención clarificando las primeras y segundas leyes de dichos procesos. Otro, un conocido dispositivo -el péndulo de Newton- que es capaz de conservar la energía y la cantidad de energía aplicada.

Los segundos medios, por su parte presentaron demostraciones de la aplicación del calor para activar, por ejemplo, un sistema de alerta ante incendios. El generador de corriente constante -Van der Graff – y su simpleza de funcionamiento fue novedad para conocer el fenómeno de la generación de electricidad.

Las ciencias del ámbito biológico también se hicieron presentes. La reproducción humana, las temidas y presentes distorsiones del desarrollo humano como el gigantismo y el enanismo tuvieron su espacio explicativo. Los esteroides y funcionalidad de la glándula tiroides (responsable de regular el metabolismo humano y a otras hormonas) se presentaron en didácticos paneles.

Piel, tejidos humanos, muestras observables a través del microscopio fueron complemento importante de esta exposición científica que eclosionó en uno de los amplios salones de nuestro instituto. Una valiosa contribución de los profesores Juan Palma, Óscar Pérez y Patricia Manríquez para dejar "enganchado" a más de algún futuro científico.

Fotografía: Francisco Contreras
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