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Inauguración duodécimo Encuentro Centros de Alumnos Maristas 2010
Por
Instituto San Martín .
Publicado:
9 Agosto 2010
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Un primer día de gran actividad vivieron los alumnos maristas una vez que llegaron a la ciudad de Curicó el pasado jueves 5 de agosto.


Primero el arribo. Más tarde y luego de compartir en sus respectivos “nuevos hogares” junto a las familias anfitrionas del Instituto San Martín vino el espacio para desarrollar las dinámicas de integración; es decir, un primer momento para reconocerse y comenzar a compartir. Posteriormente, dos talleres relacionados con el liderazgo y la generación de proyectos colegiales fueron el preámbulo para la inauguración de este encuentro. Las palabras de bienvenida de nuestra rectora hicieron alusión a una invitación para trabajar deprisa por los más necesitados y transformarse en gestores de iniciativas en beneficio de los jóvenes y de sus respectivos centros de alumnos. Luego, las cálidas palabras del Hermano Jesús Pérez rescataron el sentido de la misión de los Hermanos Maristas y su proyección junto al laicado para contribuir a la buena educación de los más necesitados según indicó el último Capítulo General celebrado el año pasado. Finalmente, el Hermano Álvaro Sepúlveda desarrolló el primer ciclo de charlas de este magno evento. Su exposición delineó las tres grandes vetas de la congregación hoy día. La primera tiene que ver con la evangelización; la segunda con la educación y la tercera con la defensa y promoción de los derechos de los niños y los jóvenes. A reglón seguido citó uno de los puntos centrales del último Capítulo General que señaló en su tercer gran llamado: “Acordémonos de María y José huyendo rápidamente a Egipto para proteger al niño Jesús. Esta imagen nos inspira a convertirnos en expertos y defensores de los derechos de los niños y jóvenes de manera valiente y profética en los foros públicos. Nos sentimos impulsados a desafiar las políticas sociales, económicas, culturales y religiosas que se brindan a niños y jóvenes”. Luego acotó, “esto no es solamente para el Consejo General o sólo para los Hermanos o sólo para los profesores de los colegios maristas; ustedes son maristas y también para ustedes va dirigido este llamado”, resaltó.
  Citó resultados de una reciente consulta donde participaron 544 niños (as) y adolescentes (6 y 17 años) pertenecientes a 10 de los 12 colegios maristas donde la pregunta central fue “¿qué necesitas para ser feliz”. Las respuestas indicó fueron, como ejemplo: para ser feliz necesitamos de una familia; que los padres escuchen, respeten y acojan la opinión de los niños. Es decir, más que contar con el último play station, contar con una familia de calidad. También, que las personas nos quieran más, que me feliciten, que no me comparen con otras personas, que me saluden mirándome a la cara. Es decir, sentirse valorados y respetados. En cuanto a una educación de calidad se recogió: que los profesores sean amables; que los profesores nos escuchen y entiendan; buena comunicación entre alumnos y adolescentes; que se preocupen de los niños que no van a clases; que reconozcan el logro de los alumnos con más anotaciones positivas. Es decir, muchos de los mejores momentos y otros como los peores (como la violencia) se viven en la escuela y es por lo tanto el espacio donde cada uno de los dirigentes de los centros de alumnos participa, donde han sido elegidos y donde algo tienen que decir frente a estas cosas. Sentenció el Hermano Álvaro que los jóvenes han tenido siempre mucho que hacer y decir en la historia. Por ejemplo recordó a personas menores de 18 años que fueron relevantes: el Hermano Francisco Rivat (1808-1881, sucesor de Champagnat) tenía 17 años cuando fue director de una escuela; Alejandro Magno tenía 18 años cuando lideró a los Macedonios en las batallas; el Delai Lama tenía 5 años cuando fue reconocido como líder espiritual de los Tibetanos; María era adolescente cuando aceptó ser la madre de Jesús; los pingüinos eran estudiantes secundarios cuando pusieron en el tapete de la discusión pública la mala calidad de la educación. Interrogó a los presentes con “¿demasiados jóvenes Todos concordaremos que no y la convención de los derechos dice que no”. Indicó además que en Chile hay un record de violencia hacia los niños; la desigualdad de acceso a oportunidades de estudio y trabajo afecta mayormente a la población joven del país…”

Cerró su intervención al indicar que “ante derechos y dignidad de los niños y jóvenes no hay remilgos, no hay medias tintas. Frente a esto los maristas tenemos algo que decir y somos herederos de un hombre de gran entereza y decisión: estar a la altura de un hombre como Champagnat es una decisión que nos corresponde hoy día a cada uno de los que estamos aquí”, concluyó.

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