La impronta de la
solidaridad marista quedó plasmada en pequeñas-grandes acciones que
los alumnos de los diferentes cursos del I.S.M. desarrollaron
durante la semana en que recordamos a Marcelino.
Barrer, ordenar, asear fue la tarea que alumnos de séptimo básico
cumplieron con diligente prontitud y esmero. Algunos se trasladaron
hasta el centro de la ciudad para entregar recuerdos a los
transeúntes y hacerles saber de la celebración de la Pascua de
nuestro Santo Champagnat.
Otros, optaron por hacerse presentes en el hospital
base de la ciudad de Curicó (biblioteca hospitalaria) y hacer
entrega de libros de lectura juvenil para los niños y jóvenes allí
atendidos.
Otros tantos, se trasladaron hasta el jardín infantil Hermano
Miguel de Cos para compartir con las nuevas generaciones maristas
que allí ya se están formando.
Hubo muchos más gestos para compartir y solidarizar
con el otro. Gestos que tienen matices de ternura y protección por
los desvalidos: tal como es construir la casa de un agradecido
canino que pernocta en Carmen esquina san Martín, muy cerca de
nosotros.