Hace unos días se me
acercó una alumna de Educación Media, nueva en el colegio, y me
preguntó: ¿Quién es usted? Yo le respondí: Ángel, educador de
emociones. Ella insistió: ¿Existe esa profesión? ¡Claro que sí!
¿Cómo están tus emociones?, pregunté. Y ella sintetizó en una
palabra: ¡Revueltas!
Las emociones nos hablan de nosotros mismos con el lenguaje
más verdadero, el lenguaje que no engaña. Nos dicen qué sentimos y
cómo somos. Hablaré de algunas de ellas (que no nos gustan):
ANSIEDAD. Que sentimos cuando nos creemos amenazados sin
saber muy bien por qué o por quién. Nos produce miedo, ahogos y el
corazón se acelera. A veces se llama angustia. ¿Cómo tranquilizarte
¿Cómo lograr relajarte Respira hondo. Analiza la situación. Pide
ayuda para ver bien la realidad.
INSEGURIDAD. Cuando hay que tomar una decisión y uno no sabe
a qué atenerse. Y llega la duda y la inhibición. ¿Dónde encontrar el
camino que te lleve a la seguridad, a la certeza, a la capacidad de
decidirte Ten confianza en tus posibilidades. Tienes derecho a
equivocarte. Piensa que acertarás.
CELOS. Porque veo en alguien un rival que creo que amenaza y
quiere quitarme un afecto, una relación. Vienen acompañados de
temores, desconfianzas, sospechas
En resumen, los celos son hijos
de la envidia, de la falta de confianza en uno mismo y en los demás,
del miedo a perder
¿Quién te enseña a amar sin dudar, a confiar, a
creer La vida es la mejor maestra. Y te dice que tú eres
responsable de tus emociones, de lo que crees, de lo que piensas, de
lo que deseas.
FRACASO. Si no has conseguido un resultado satisfactorio que
esperabas. Trae consigo el abatimiento, la derrota y, casi siempre,
la frustración. ¿Cómo vas a conseguir el éxito, cómo llegarás a
lograr lo que quieres, cómo triunfarás. Poco a poco, afianzándote
en lo que alcanzas. Apoyándote en los amigos. Esforzándote en lo que
puedes hacer. Creyendo en ti y en el desarrollo de tus capacidades.
Otras muchas emociones, que llamamos negativas, llenan nuestro
interior: son la tristeza, la inferioridad, la vergüenza, la culpa,
el miedo, el desánimo
Frente a ellas, a lo largo del camino de la
existencia, alcanzarás también la alegría, la autoestima, la
seguridad, la inocencia, la confianza, la vitalidad.
Las emociones son humanas. Compañeras de nuestro crecimiento. Hijas
de nuestra forma de ver el mundo y a los demás. Señales que nos
hablan de nuestra forma de ser.
Vaivenes de nuestro sentir. Por eso espero que tus emociones dejen
de estar revueltas.
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