Los nombres de Calpún, Paraguay y Docamávida (montículo de docas, piedras) se han transformado en palabras que han traspasado la geografía rural para asentarse en la memoria colectiva de los estudiantes que allí vivieron una singular experiencia de vida.

Las carreras a la chilena, los ritmos folklóricos, empanadas, pan amasado y tortillas fueron palabras frecuentes que era posible observar en distintos escenarios de la vida rural y que invitaban a compartir a los estudiantes allí insertos. Curepto (topónimo de correr viento, tomar viento) es una zona de parajes privilegiados por la naturaleza. El poblado es dueño de una vetusta iglesia (1830) y cuya virgen del rosario data de 1755; también posee coloniales casonas de paredes de adobe y tejas, así como también de largos y frescos corredores que otorgan un marco muy especial al lugar. Además hay un cuidado y documentado museo que bien vale una visita. Curepto es también la tierra donde poetas como Pedro Antonio González (1863-1903) dieron sus primeros pasos en el arte de la declamación de los sentimientos escritos. Las actividades de los jóvenes fueron variadas (transitando desde la calma de los días a otras más activas como fue el preparar la mezcla del concreto y pavimentar aceras; buscar los animales y recoger los huevos de las aves de corral; o bien, vocear y vender los productos de la tierra en la feria local. Otro día, recibimos la visita de los profesores Gabriel Cataldo (director de la Pastoral del I.S.M); Isabel Inostroza (directora del ciclo de Enseñanza Media Superior) y de Rogelio Medina (director de Enseñanza Media Inicial).
  Por último, una visita al Hogar de ancianos de la localidad permitió a los monitores de esta experiencia (Camila Rizzo, Camilo Zambrano y Claudio Díaz), profesor tutor (Francisco Contreras) y profesor encargado de la realización del Proyecto 14 (Jorge Muñoz) entregar un aporte en alimentos al Hogar de Ancianos (una de cuyas albergadas, la Señora Sofía cuenta con 96 años): una pequeño gesto para retribuir el cariño y la acogida de numerosas familias cureptanas que abrieron sus hogares para recibir a cada uno de nuestros alumnos y alumnas. *