"Amereida" del
Taller de Teatro I.S.M.
itinera al Instituto Chacabuco de Los Andes.
Por
Instituto San Martín .
Publicado:
20 Noviembre 2006
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Los Andes?Montañas de misterios, de leyendas y de
historia. Desde siempre ofreciendo con nobleza tu escarpada y tu
cima a quien te observe, descubriendo en tu abrazo materno la propia
inmensidad. Y por cierto que la descubrimos. Inmensidad de alma que
surge cuando un actor entrega su espíritu a los demás sin exigir
retribución, cuando interpreta sus más íntimos sentimientos sobre un
escenario, cuando transmite energía ante una audiencia que acoge
simplemente con calidez.
Y ante a este gesto cordial de amistad es que llega la delegación
Amereida ISM a la gran montaña nevada la tarde del Lunes recién
pasado.
Cielos y corazones se unieron para nuevamente
escuchar el latir del arte. Por que fueron cientos los rostros de
estudiantes del Instituto Chacabuco quienes nos regalaron su
presencia al ser congregados en el salón Hno. Fernando de la Fuente
para vivenciar la épica historia que les íbamos a contar.
Dejo con ustedes a la obra ganadora del encuentro
nacional de teatro marista: Amereida, con estas palabras se daba
inicio oficial a la puesta en escena. Y quedamos más que conformes,
pudimos invocar la risa y la pena, y ser testigos de cómo mediante
una simple historia contada con los códigos de la imaginación
pudimos remecer por algunos instantes la conciencia social de
aquellos espectadores.
Sí, quedamos realmente satisfechos y el resto el
resto ya es historia, pero una historia inolvidable que quedará
gravada con fino cincel en el corazón de cada joven del elenco.
Agradezco profundamente a quienes hicieron posible
este viaje, a quienes trabajaron con nosotros en la producción,
diseño, realización y por sobre todo a cada uno de los seres
sensibles que nos regalan sus mágicas emociones en cada función:
nuestros alumnos del teatro. Finalmente, a quienes nos acogieron:
nuestros hermanos de los Andes.
Desde el fondo de tu estampa ebúrnea cordillerana
emanan energías que recargan las almas sedientas, necesitadas de
expresar sus capacidades latentes.
Crecer... desarrollarse... y ser.