La historia de los colegios no se ha hecho
solo por los profesores y los alumnos. También son
importantes quienes acompañan con su trabajo diario y
constante el pasar de las generaciones, tejiendo
historia, anécdotas, bonitos recuerdos?
El lunes a la hora de entrada, el negro no estaba con
su carrito como de costumbre a la entrada del colegio,
casi nadie sabía su verdadero nombre (Jorge López) y que
había fallecido sorpresivamente el viernes 27.
La noticia de su partida corrió por los pasillos dejando
una nube de angustia y tristeza por este personaje que
acompañó a cada alumno del colegio, primero junto a su
padre y después encargándose él del negocio desde 1960;
en un dos por tres había desaparecido, su imagen siempre
sonriente, acogedora, anotando en su libreta a todos
aquellos que se habían ganado su confianza para que les
fiara, dando espacio en su carrito para
resguardar de la lluvia y acompañar a quienes aún esperaban que
los pasaran a buscar, motivó a muchos a escribirle cartas y a
agradecer su presencia en una emotiva misa de despedida.
Cuántos exalumnos no recordarán al Negro viajando con ellos a
las Olimpiadas haciendo barra al colegio, conversando con los
hermanos y exalumnos que siempre se dieron un tiempo para estar
con este amigo fraterno. Cuántas veces no lo encontramos en
verano trabajando en las playas, o acudiendo prontamente al
llamado de bomberos donde su espíritu de servicio lo llevó a
desarrollar una importante labor.
Negrito, el espíritu marista brilló en ti y esperamos que hoy
junto a Marcelino estés gozando de la presencia del señor.