Reliquia de Carlo Acutis fue motivo de oración en el San Martín
CARLO ACUTIS I Una especial visita recibió nuestro Colegio, como símbolo de lo que se considera una vida ejemplar. Se trata de una reliquia del joven italiano Carlo Acutis, siervo de Dios que murió a los 15 años a causa de una leucemia fulminante.
Dicha reliquia fue una forma simbólica para conocer la vida de Carlo, quien transformó su existencia en un testimonio de entrega a Dios y la Virgen María.
El paso de Carlo siguió desde nuestro Instituto a Santa Marta y otros colegios, como Santo Tomás, Orchard, entre otros.
AUTOPISTA HACIA EL CIELO
Desde que recibió la Primera Comunión a los 7 años de edad, nunca faltó a la cita cotidiana con la Santa Misa. Siempre, antes o después de la celebración eucarística, se quedaba delante del Sagrario para adorar al Señor.
La Virgen era su gran confidente y nunca dejaba de honrarla rezando cada día el Santo Rosario.
Citando las palabras de Carlo: “Nuestra meta debe ser el infinito, no lo finito. El Infinito es nuestra Patria. Desde siempre el Cielo nos espera” y decía que nuestra Brújula tiene que ser la Palabra de Dios, con la que tenemos que confrontarnos constantemente. Pero para una Meta tan alta hacen falta Medios muy especiales: los Sacramentos y la oración. En especial, Carlo situaba en el centro de su vida el Sacramento de la Eucaristía que llamaba “mi autopista hacia el Cielo”.
Para algunos era un misterio este joven fiel de la Diócesis de Milán, que antes de morir ha sido capaz de ofrecer su sufrimiento por el Papa y por la Iglesia.
“Estoy contento de morir porque he vivido mi vida sin malgastar ni un solo minuto de ella en cosas que no le gustan a Dios”. Carlo también nos pide a nosotros lo mismo: nos pide que contemos el Evangelio con nuestra vida para que cada uno de nosotros pueda ser un faro que ilumine el camino de los demás.