La fecha relevó la Promesa de Furviére, que da origen a los Maristas
COMO MARÍA, ¡PEREGRINOS EN MISIÓN!. Conmemorando esta importante fecha para el mundo católico, como es tradición, se llevó a cabo una oración comunitaria, en la que participaron educadores y estudiantes de nuestro Colegio.
La solemnidad de la Asunción de María, celebró el fruto de la Promesa de Furviére, que da origen a la Sociedad de María, que compartía la misma misión de dar a conocer a Jesús y hacerlo amar.
Como herederos de esta promesa, nosotros también queremos continuar hoy con esta obra con toda nuestra generosidad. La escuela de María, hermanos, laicos, laicas y colaboradores, somos todos peregrinos de la buena nueva, llevando el mensaje de Cristo al mundo por medio de la educación.
EN SUS BRAZOS
El H. Ernesto Sánchez, Superior General, nos convida a contemplar a María: “Maristas de Champagnat, caminamos de la mano de María en tiempos de incertidumbre. De ella aprendemos a vivir con un corazón que escucha, lee los signos de los tiempos y actúa desde la mirada de Dios”.
También en la oportunidad se dijo: “Nuestro fundador ve en las actitudes de María, un estilo único y peculiar, uno que con sencillez y humildad hace la voluntad del Padre, dejándose conducir por sus designios.
Así Champagnat promete en el Santuario de Fourvière, salvar almas en su honor, por medio de la ‘Sociedad de María’, el nombre ‘Hermanitos de María’ es en su honor. Ella es la primera Superiora.
Ésta es tu obra constantemente nos enseña a recurrir constantemente a Ella, pues ella tiene siempre al niño Jesús en sus brazo o en su corazón”.
LA GRANDEZA DEL SEÑOR
Nuestro rector, Andrés Prado, compartió la lectura central de esta oración comunitaria, la anunciación, el sí de María al plan de Dios. Evangelio: San Lucas 1, 39-56
María dijo: "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava. Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí: su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación. Él hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos. Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia –como lo había prometido a nuestros padres– en favor de Abrahán y su descendencia por siempre."
LOS BIENES DEL CIELO
En el encuentro se pidió, entre otras cosas:
Por toda la Iglesia que contempla en María la obra perfecta del Padre, para que llena de gratitud se empeñe en anunciar a toda criatura el amor incondicional de Dios.
Por todos nosotros, para que poniendo en Dios nuestra fe y nuestra esperanza, sepamos como María no detenernos en las cosas de este mundo y anhelar los bienes del cielo.
Para que el Señor nos dé la voluntad y la fuerza necesarias para llevar a cabo su palabra en nuestra vida, día a día, resueltamente y con alegría.
Asimismo, a los pies de María, nuestra Buena Madre, se depositó la imagen de nuestro Fundador san Marcelino Champagnat, pues él ve en ella el servicio, amor y entrega que inculca a los Hermanos Maristas y, que nosotros los Laicos queremos imitar.
Al finalizar el rector abogó ante el estudiantado de motivarse para que sus respectivas familias acojan a las deportistas que vienen a los Juegos Maristas Femeninos.