Jóven religioso se une a la tarea evangelizadora del San Martín
SERVICIO PASTORAL. La Comunidad escolar del Instituto acogió al sacerdote Pablo Gajardo Villavicencio como el nuevo pastor que acompañará el quehacer religioso en el colegio.
110 AÑOS
El recibimiento oficial del nuevo pastor se realizó el 30 de marzo. El lugar escogido fue el patio de enseñanza media inicial. En esa oportunidad el rector del establecimiento, Andrés Prado Soto aprovechó de mencionar que este año el Instituto San Martín está celebrando sus 110 años de fructífera labor educativa en la ciudad.
“El hilo conductor, aquello que nos va a motivar y animar día tras día para seguir trabajando durante el presente año son los 110 años de vida de nuestro instituto”, destacó el rector. Agradeció a Marcelino, la Buena Madre, los Hermanos Maristas, a los y las educadores laicos “que han sido parte importante de nuestra historia”.
PADRE PABLO GAJARDO
La autoridad colegial presentó al joven padre Pablo Gajardo Villavicencio, sacerdote diocesano que fue ordenado por el obispo Galo Fernández Villaseca en noviembre de 2020. Su servicio pastoral lo realiza en Curicó, en la parroquia San José, iglesia La Merced y santuario El Carmen de Curicó.
El rector Andrés Prado señaló a los presentes que “durante este año nos acompañará como un integrante más de nuestra comunidad educativa”. El Padre Pablo estará durante varias mañanas de la semana en el colegio realizando un trabajo de animación y motivación acompañando a estudiantes, profesores, administrativos y auxiliares.
“Él pasa a ser parte de los integrantes del Instituto San Martín, como uno más que se suma a la tarea educativa y evangelizadora”, puntualizó el directivo.
Posteriormente, el padre Pablo dijo: “Si tuviera que definir cómo me siento como sacerdote, la verdad es que me siento como un amante de la vida. Soy un convencido de que Cristo, no solamente nos ayuda a vivir o nos da la vida sino que nos acompaña día tras día”.
Agradeció el masivo recibimiento destacando que lo que no puede faltar en un colegio o en una casa es “el calor humano, es decir vivir más humanamente” que se traduce en el trato cotidiano con “amor, con ternura como Cristo lo señala en el evangelio”, manifestó el religioso. El encuentro concluyó con una oración comunitaria dirigida por el padre Pablo.