FAMILIA MARISTA

Decenas de madres, padres y apoderados llegaron al establecimiento de calle Carmen 241. Fue el punto de inflexión que dio arranque a las ceremonias institucionales en el adiós a las aulas del Instituto San Martín de una nueva generación de estudiantes que se apronta a partir desde el domicilio que a muchos ha cobijado desde la más tierna niñez.

EMOCIONES A FLOR DE PIEL

Previamente los estudiantes habían iniciado su última jornada de clases con el alimento espiritual de la oración matinal. La entrega de mensajes de sus progenitores y su lectura íntima taladraron profundo en sus juveniles corazones. Fueron momentos emotivos. Luego en el salón Champagnat se reunieron junto a sus padres. Allí se pasó lista simbólica al último control de la asistencia a clases.

Los dedicados mensajes compartidos con sello Marista anidaron con fuerza en los presentes llevando a madres, padres y apoderados a meditar y aceptar el paso que sus hijos e hijas se aprontan a dar: abandonar el protector nido hogareño y dejar la seguridad de su colegio.

Más tarde, docentes, auxiliares, administrativos, estudiantes y representantes de los estamentos colegiales configuraron un prolongado corredor humano que guió cálidamente el transitar de la generación 2022 por los emblemáticos recodos del colegio Marista de Curicó.

En ese camino fueron acompañados con reiteradas demostraciones de afectos expresados a través de abrazos, palabras de buenos deseos y bellas flores.

Al final, atiborrados y contradictorios sentimientos: el natural anhelo para desplegar alas y volar a otros lugares, nuevas experiencias, conquistas, aprendizajes; y por contraste, los melancólicos sentimientos que brotan en el inicio de la despedida.