La solidaridad, valor que se caracteriza por la colaboración mutua entre las personas
ESPIRITUALIDAD COMUNITARIA. Los Maristas siempre recuerdan que Marcelino Champagnat, en su testamento espiritual, promovió, como lo hizo Jesús, compartir la comunión y la comunidad. Jesús lo hizo en la última cena con sus discípulos. Por su parte, la mesa de la Valla (Francia), construida por el mismísimo Champagnat, se contempla como la encarnación de sus esfuerzos por crear comunidad.
PERSONAL AUXILIAR
Mucho de Jesús y mucho de Marcelino estuvo presente en un sencillo gesto que tuvieron los estudiantes del 8º básico B que determinaron compartir el desayuno con el personal auxiliar del establecimiento. Estamento humano que presta invaluables servicios y que muchas veces, por lo cotidiano de su accionar, casi se invisibiliza entre nosotros. En la instancia les acompañó la administradora colegial, Sra. Carolina González Cubillos.
SOLIDARIDAD
La profesora Carmen Molina Villar, tutora del curso, declaró a este medio informativo que la actividad fue una de las distintas formas de expresión del Mes de la Solidaridad y que en el ciclo de Enseñanza Media Inicial tuvo este delicado gesto. La educadora sostuvo que “el curso 8º B agradeció la labor de los auxiliares del colegio”. A renglón seguido señaló que los estudiantes reconocieron la labor de los auxiliares que están “preocupados por mantener un grato ambiente para estudiar y acompañar en las diversas actividades colegiales, siempre con actitud amable”, facilitando las relaciones interpersonales.
Cada estudiante del curso se esmeró en preparar un desayuno a sus ilustres agasajados. “Les regalaron unas cajitas con delicias” para acompañar el desayuno junto con una pequeña planta para cuidar y ayudar a crecer. Sencillo acto que se acompaña con otros ejemplos de solidaridad como el saludo cordial, el buen trato o el cuidadoso mantenimiento de los recintos del ISM que es ejecutada diariamente por el estamento de auxiliares.
COMPROMISO
La experiencia marista se inspira en lo que Jesús nos mandó y lo que Champagnat soñó para nosotros: una espiritualidad comunitaria. La experiencia de dar y recibir amor es un permanente desafío para combatir el individualismo, el egoísmo y la pérdida de generosidad. La construcción del espíritu de familia nos exige estar atentos y presentes a los demás. El cultivo de la solidaridad compromete hacerlo realidad.
Como se consigna en esta breve crónica, en el 8º Básico B y en la comunidad del Instituto, esas experiencias anidan y se manifiestan nítida y comprometidamente.