Las distintas secciones educativas y estamentos colegiales, participaron en la animación cada día de la oración matinal dedicado a ella, recordándola.

La virgen María, en quien nuestro fundador Marcelino Champagnat puso toda su confianza, trabajó para que sus hermanos la tuvieran siempre presente en cada actividad. El amor a María es un valor muy querido en la tradición marista. Ella da nombre a nuestra familia.

A lo largo de nuestra historia marista ha acompañado el itinerario de seguimiento de Jesús de los Hermanos y Laicos. Quería el P. Champagnat que “nuestra vida entera y todo nuestro apostolado llevase un sello mariano que lo identifique”.

Hoy continuamos nosotros manteniendo ese espíritu. en este mes que vivido en el cual pusimos todos nuestros sueños, dolores, proyectos y oraciones.

Cada día la sección de enseñanza básica oraba junto a su rincón mariano; se reunían padres, apoderados, personal administrativo y directivos a orar junto al canto, signos y lecturas de peticiones animados por cada curso a lo largo del mes resaltando cada día una cualidad o virtud de la virgen.

Las secciones de media inicial y superior se reunían dos veces por semana a orar en comunidad mirando a la virgen María como modelo de disponibilidad y aceptación del plan de Dios como proyecto de vida.

El resto de los días los delegados de pastoral de cada curso eran los encargados de animar y reflexionar en la sala de clase junto a sus compañeros y profesores una temática juvenil.