Unidos por un mismo espíritu de evangelización, Claret y Champagnat fundan congregaciones de hombres misioneros dispuestos a llevar el Evangelio a todo el mundo a través de sacerdocio y de la educación respectivamente.

Finalizada la Eucaristía, la asamblea se dirigió a un nuevo salón, construido recientemente, para ser bendecido con el nombre del fundador de los Hermanos Maristas, San Marcelino Champagnat. Diferentes estamentos se hicieron presente en este significativo momento: educadores, alumnos, padres, comunidad de hermanos.

El lugar elegido para este salón tiene especial significancia para nuestra comunidad marista, puesto que ahí el 25 de marzo de 1912, se lleva a efecto el primer día de clases del Instituto San Martín de Curicó.

Cuenta la historia, en palabras del Hermano José Luis Arranz, que los maristas llegan a Curicó para fundar un colegio, y es a través de los Misioneros Claretianos que facilitan una sala del Santuario para iniciar poco a poco la misión encomendada de evangelizar a través de la educación; más tarde se trasladaría a la actual dirección de Carmen, obra que ya lleva 105 años en nuestra ciudad.

Luego de la bendición hubo un momento para compartir ambas comunidades claretianos y maristas.