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Fernando Montes: con la claridad del pastor
Por
Francisco Contreras R.
Publicado:
7 Junio 2016
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Charla del padre Fernando Montes concitó interés en el ISM
La reciente visita del padre Fernando Montes Matte al Instituto San Martín para compartir una charla con los directivos, profesores, hermanos maristas, apoderados y estudiantes del colegio dejó temas importantes para pensar, comprender y recoger los procesos de cambio que experimentamos en sociedad de manera constructiva.
El personaje

Montes, quien fuera durante casi dos decenios rector de la Universidad Alberto Hurtado de Santiago de Chile ha sido también provincial y ecónomo de dicha universidad jesuita. Su pensamiento reflexivo goza de gran ascendencia en la sociedad y en la Iglesia chilena. Se le reconoce como amigo y muy cercano del Papa Francisco.

En innumerable oportunidades los medios de comunicación han recogido su pensamiento que ha denunciado que la enorme diferencia social de nuestro país ha sido el precio que Chile ha pagado para conseguir el ansiado desarrollo reconociendo que le da "miedo" el neoliberalismo. También, públicamente ha manifestado que le avergüenza una "Iglesia callada" ante los abusos de Karadima y O'Reilly.

Tiempos de cambios radicales

Cambios epocales, muchos de ellos "impensables hasta hace muy pocos años". Ejemplificó lo dicho al compartir la reciente invitación que la masonería de Concepción le extendiera para dialogar y expresar sus apreciaciones sobre el humanismo cristiano durante la inauguración del año académico de los colegios que la masonería tiene en la capital del Bio Bio. Al respecto señaló a la audiencia marista que “hace algunos años atrás era impensable poder dialogar y debatir  en un espacio laico como tal” indicando que lo positivo está en el compartir puntos de vista y opiniones para construir en conjunto una mejor sociedad. “Signos de cambios brutales de época”, agregó, “necesarios para poder entendernos y reaprender a dialogar”, sostuvo.

Relató que durante muchos años le ha correspondido asumir el rol de ser formador de personas, como el de los jóvenes jesuitas con un desafío enorme al vivir el proceso de cambio aparejado con el Concilio (Vaticano II) que provocó que muchos religiosos dejasen la orden. “Recuerdo que los religiosos mayores me decían a cada rato que debía entregarles a los jóvenes una formación firme, muy firme –reiteró- a esa nuevas generaciones de jesuitas. Craso error -dijo-  porque no podía formar personas para el siglo XIX, sino que tenía que formarlas para el siglo XXI”, recalcó con voz pausada.

El mensaje retrotrae la idea de que hay que detectar lo que está pasando para actuar en conformidad con las nuevas necesidades y lecturas que requieren estos nuevos tiempos. Montes ha sido un testigo de primera línea de todo el fenómeno de la revolución pingüina participando en comisiones de distinto tipo lo que le permite valorar el discurso de todos los actores de la educación chilena en todos sus niveles.

Señala Montes que el hombre ha experimentado el tema educativo y el de la sociedad en su conjunto casi en una “línea de tiempo estable y muy lineal”; de cuando en cuando y en un muy breve tiempo se producen hechos trascendentales que “quiebran esa línea de tiempo”. Ocurrió con la caída del imperio romano, pasó de nuevo en el siglo XIV cuando Gutemberg inventó la imprenta porque “cambió la manera de pensar o de transmitir los conocimientos”. Lo mismo cuando en Polonia, un cura se atrevió a decir que la tierra no era el centro del universo (Copérnico y la teoría heliocéntrica), lo que a Galileo casi le cuesta la vida por decir lo mismo más tarde; el descubrimiento de nuevas tierras que trae consigo la aventura de numerosos navegantes; o el quiebre de la iglesia con Lutero.

“Todo eso ha traído consecuencias observables en profundos y globalizadores cambios en todo el planeta.” Para entender un poco más lo que vivimos hoy, invitó releer a escritores como Herman Hesse que, en la primera mitad del siglo XX tuvo la clarividencia necesaria en novelas que relataban el problema de la educación. Ejemplificó con la obra “Bajo la rueda” publicada en 1906 y que narra la historia de un niño prodigio capaz de obtener las mejores calificaciones en todo y que es admitido en un seminario de alto nivel; el niño es el hilo conductor para hacer una crítica demoledora al sistema educativo que sólo se interesa por el desarrollo académico del alumno, olvidando el desarrollo personal y emocional. “Siddhartha” y la crisis de fe o “El lobo estepario”, donde queda de manifiesto que lo más fuerte que se vive es el cambio de época “porque todo lo que teníamos seguro…tiembla” comentarios que  desde la literatura  el religioso jesuita compartió con su selecta audiencia.

Continuó: “se quiebran los esquemas educativos que conocíamos y hoy día a las familias nos toca vivir eso”, muy distinto a como aprendimos de nuestros abuelos, de nuestros padres porque compartíamos un mismo saber: “hoy eso ha cambiado radicalmente.”

La instantaneidad de las comunicaciones, el conocimiento casi inmediato de lo que ocurre en cualquier rincón del mundo han determinado saberes diferentes, comportamientos distintos. Es precisamente allí donde pone su acento Montes: aprender a sentarnos a conversar a dialogar para no dejarnos arrastrar por una cultura que “le estamos echando en la mochila a nuestros chiquillos.”

Fortalecer los valores.

Destacó diversos valores como el de la “humildad” porque “encierra un potencial enorme para ser feliz en la vida”, abogando además para que  las nuevas generaciones  “tengan la grandeza y entereza para salir a servir”, realzando la capacidad de los jóvenes de “no achicarse ante lo adverso y no dejar nunca de soñar.”

Mensaje directo también a los padres para “respetar la decisión de sus hijos, de estudiar tal o cual carrera o educar responsablemente para que sepan lidiar con el éxito: “no basta con educar para el trabajo, los seres humanos no son solo capital humano como tristemente se les llama ahora sino que son personas”. Al mismo tiempo, afirmó que Chile necesita con urgencia de ciudadanos responsables y respetuosos para dialogar, “y eso se debe enseñar en todo momento.”

Tal fue parte de la reflexión del padre jesuita Fernando Montes Matte que -traído por gestión del rector  del Instituto San Martín,Jaime Inostroza y su Consejo Directivo en conjunto con el invaluable aporte de la Secretaria Ejecutiva de Misión, Marcela Hormazábal - entregó luces clarificadoras para orientar con paso sostenido a padres, apoderados y estudiantes que comparten una nueva sociedad de cambio de paradigma, que es pluralista y necesita aprender a convivir civilizadamente sin perder la identidad de cada uno.

Texto: Profesor Francisco Contreras Robles
Fotografía: Profesora Carolina Gutiérrez.
 

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