Según la Encuesta de Comportamiento Lector (2014), sólo un poco más de la mitad de los chilenos encuestados (51%) declara leer por lo menos un libro al año. Cambiar esa escenario es tarea de la educación de nuestro país y debe ser también motivo de preocupación de educadores, autoridades políticas, económicas y ciudadanía en general.

Para promover y enaltecer el valor intrínseco que posee el libro se celebró en diversos países el  “Día del Libro”, que toma como eje la fecha del 23 de abril cuando se conmemora la muerte de tres reconocidos escritores de la literatura universal: Miguel de Cervantes y Saavedra, William Shakespeare y el Inca Garcilaso de la Vega. Dicha efeméride impulsó a la UNESCO (1995) a instaurar esa fecha como un día mundial que valoriza los libros, sus autores, el derecho de autor y estimula el gusto por la lectura, entre otras materias.

No es menor el dato que refleja que en Chile el índice de lectura por estudiante de enseñanza básica levemente ha mejorado entre 2009 y 2013 desde un 1,6 a 3,8 y en la enseñanza media fue de 3,8 a 4,8 en igual período, guarismo que nos acerca –aunque aún lejos- al estándar internacional que considera seis libros que debe leer cada alumno por año; dicho promedio cae notoriamente cuando se observan las cifras de lecturas por placer, entretención u ocio.

Desarrollando un mundo interior

La oportunidad celebrativa cobró esplendor también en el Instituto San Martín de Curicó que dedicó parte de una de sus jornadas para motivar y valorar, según la edad de los destinatarios, la importancia del libro como vehículo de saberes, apertura a realidades diferentes, crecimiento y desarrollo intelectual y espiritual.

El instituto marista de Curicó, a través de sus departamentos y educadores, especialmente el de Lenguaje y Comunicación, realizan ingentes esfuerzos por estimular la lectura de libros como una condición básica que permita acceder y comprender mejor la amplia cantidad de información que el ser humano ha ido acumulando.

Pero leer es también aprender a crecer interiormente. Intentar comprender un buen libro es paso para –gradualmente- adquirir la necesaria sabiduría que ha de acompañarnos durante la vida.

Estudiantes opinan

Consultamos opiniones sobre el significado que tiene para nuestros estudiantes leer. Al respecto Fernanda Canales, estudiante de tercero medio A, señaló que al leer “voy aprendiendo mucho más de las cosas de la vida; por ejemplo he leído Seda de Alejandro Marín como parte de los libros de lenguaje para este año”, confidenció.

Para María José Alvarado, de tercero medio C, “leer es salir de lo cotidiano; es abrirse a otro mundo escapando de la realidad.” Luego agregó que “para mí es imaginarte y verte en otro mundo.” María José dijo estar leyendo varios libros a la vez, entre ellos el quinto libro de la saga Juego de Tronos que “estoy disfrutando mucho.”

Gabriela Garib (segundo medio A) concordó con lo expresado por nuestras anteriores entrevistadas: “…lees y te involucras en la historia a tal extremo que es como ir a otro mundo”, manifestando que lee bastante y hoy día está dedicada a la lectura de literatura juvenil reconociendo que le encantan las “trilogías como Juegos del Hambre”, entre muchas más.

Por su parte, Ivania Castillo, alumna del octavo A, compartió a este medio que “no lee mucho; sin embargo, cuando lo hago –dice riendo- me imagino la historia y sus personajes. Estoy leyendo el Cuaderno de Mayra de Marco Antonio de la Parra.” Ivania cree que se puede leer mucho más, pero ello “depende del tiempo disponible.”

“A mí, leer  me produce felicidad; no importa el género del libro que esté leyendo porque aunque la historia sea muy buena o mala, algo provoca. Por ejemplo, actualmente estoy leyendo Divergente (de Verónica Roth) que me encanta”, señaló nítidamente Gabriela Cataldo de octavo B.

Finalmente, Paula Alcaíno estimó que al leer “uno puede crear su propio mundo al meterse en la piel de los personajes haciéndote viajar a otros confines geográficos y en el tiempo.”

Tanto Gabriela y Paula opinaron coincidentemente que la juventud no lee mucho hoy día: “…en el estado en que está la sociedad, se vive muy apegado a la tecnología y eso nos aleja de disfrutar un buen libro, a pesar de contar con dispositivos electrónicos. "Cuando leemos en el teléfono u otro gadget “no es lo mismo que hojear el papel" , se trata de una, “experiencia totalmente distinta”, concordaron al unísono.

Ciertamente que la celebración del Día del Libro ha de volcar la mirada para revalorarlo y cuidarlo porque en sus aparentes hojas inertes hay vida que desea revivir en el interior de cada lector. Atrévase. Regale un libro a sus hijos e hijas. Conversen sobre su trama, sus personajes, lo que viven y sienten. Será  oportunidad para descubrir y ver más allá de lo aparente e inmediato y, quizás  esta cita hará sentido también para Ud.:

“Solo se ve bien con el corazón, lo esencial es invisible a los ojos.”

(El Principito. Antoine de Saint-Exupéry)

Texto y fotos:
Profesor Francisco Contreras Robles