Les invito a leer, meditar y cumplir las siguientes BIENAVENTURANZAS
Cerca del incio del Año Escolar 2015, saludo con cariño a todos los profesores de esta querida ciudad de Curicó y de la Séptima Región. Les deseo un feliz y fecundo año y que se realicen plenamente en el ejercicio de su magnífica e importante vocación de educador.
Les invito a leer, meditar y cumplir las siguientes BIENAVENTURANZAS:
-Bienaventurado el profesor que, aún a riesgo de no ser entendido, insiste en su tarea:
El tiempo dará su fruto.
-Bienaventurado el profesor que aún sabiendo, pone su sabiduría en las manos de Dios:
Llegará al fondo de muchas cuestiones.
-Bienaventurado el profesor que entiende su trabajo como una vocación:
Será una fuente inagotable.
-Bienaventurado el profesor que, además de promover la cultura, llena de valores las mentes de sus alumnos:
Será forjador de la futura sociedad.
-Bienaventurado el profesor que, en sus ratos libres, acude a la contemplación y a la oración:
Se llenará de paz y de serenidad.
-Bienaventurado el profesor que confía en las posibilidades de sus alumnos:
Se realizará vaciándose en ellos.
-Bienaventurado el profesor que se actualiza y no se queda desfasado:
Comprobará que las materias son las misma pero, las formas, es bueno ajustarlas.
-Bienaventurado el profesor que comparte lo bueno y lo malo con sus compañeros:
No se sentirá sólo en la difícil tarea de educar.
-Bienaventurado el profosor que, más allá de sus calificaciones, mira a sus alumnos con una sonrisa y comprensión:
La empatía será una consecuencia.
-Bienaventurado el profesor que disfruta dando lo que tiene:
Será rico por lo que supo dar y como lo dio.
-Bienaventurado el profesor que vive y disfruta sembrando:
Otros recogerán lo que él sembró.
-Bienaventurado el profesor que se vacía de si mismo para llenar el alma, la mente y el corazón de sus alumnos:
Su esencia, permanecerá en las futuras generaciones.
-Bienaventurado el profesor que se muestra tal y como es:
Sus alumnos le recompensarán con la misma medida.
Bienaventurado el profesor que, estando con lo pies en la tierra, no olvida a Dios que habita en el cielo: No le faltarán nunca fuerzas para seguir educando hombres y mujeres que vivan volcados, no solamente para si mismos, sino orientados hacia el bien de los demás.