Este tipo de competencias de conocimientos, que matiza aspectos lógicos matemáticos y lúdicos, es considerado uno de los eventos con mayor cobertura que se realiza en el país en los niveles de educación general básica. La Olimpiada Infantil de Matemática es un certamen de resolución de problemas de ingenio y de razonamiento lógico-deductivo, destinado a alumnos de 4° a 8° básico. Hubo certámenes similares en el The Mackay School (Viña del Mar), Colegio del Sagrado Corazón (Concepción) y en el Colegio Los Andes (Santiago).

El centro neurálgico que reunió a los concursantes de diversas localidades de la región fue la Escuela Carlos Salinas Lagos en la capital regional. Hasta allí viajaron los estudiantes CECILIA NAVARRO, RAFAEL CALDERÓN Y PABLO MUÑOZ de cuarto básico. También, PABLO GONZÁLEZ, GONZALO MARÍN Y FELIPE MÁRQUEZ de quinto y sexto básico. A ellos se sumaron además, CRISTÓBAL LECAROS, TOMÁS ASENJO y GONZALO LANZA de séptimo y octavo básico.

Acompañados en su proceso preparatorio por sus profesores Adasila Valenzuela, Pamela Mena y Luis Alcázar, los niños junto a padres y apoderados debieron sortear numerosos ejercicios en ajustado crono. La práctica y trabajo desarrollado en las aulas del Instituto San Martín les facilitó la tarea.

Gonzalo Lanza dijo, “viajamos a Talca donde recibimos una charla y luego fuimos distribuidos en diferentes salas; en ese lugar nos entregaron guías con 10 ejercicios de lógica que tuvimos que desarrollar con un tiempo de sesenta minutos. Me llamó la atención la rigurosidad del tiempo y la puntualidad con que se ejecutaba el programa dispuesto.” Por su parte, Tomás Asenjo manifestó que “la experiencia fue muy buena porque aprendimos más y nos sirvió mucho para conocer nuevas amistades y aprender más matemática.”

Lograron  meritorios lugares a nivel regional con reconocimientos consistentes en diplomas y medallas; por ejemplo, Felipe Márquez obtuvo un segundo lugar, Tomás Asenjo logró el tercer lugar de la competencia y Cristóbal Lecaros se ubicó en el tercer lugar “lúdico”.

Al respecto, Cristóbal Lecaros manifestó a este medio de prensa que la olimpiada en la que participó consistió en “una prueba de ingenio que hay que hacerla con el papá en un desafío a la que nos presentamos; al principio estaba muy preocupado; sin embargo igual participé y logré un muy buen lugar por lo que estoy muy feliz y agradecido de mi papá y profesores.”

“Practiqué, además de lo que hago en el colegio, con todas las guías que encontré en internet y los ejercicios en las guías eran parecidas a las que había hecho y mi papá me hacía hartos ejercicios matemáticos y muy difíciles”, indicó Pablo Muñoz.

Finalmente, Pablo González dijo que se hicieron muchas guías, “y si había algo que no sabía le preguntaba a mi profesor y a mi mamá”; un claro ejemplo donde el trabajo conjunto entre la escuela, el estudiante y su familia potencian los aprendizajes impartidos en el Instituto San Martín de Curicó.

Fotos:
Profesor Francisco Contreras Robles