Fue además el preámbulo de la despedida que el colegio anfitrión, el Instituto San Martín entregó a cada joven participante, a cada familia que les acogió, a cada integrante del colegio que participó en la organización y desarrollo de esta magna cita del arte musical.

El Padre José Abarza fue el encargado de presidir la eucaristía. El religioso, en parte de su homilía, señaló: “Hoy por hoy está en discusión el tema de la reforma educacional que con sus diversas aristas es bombardeada desde diferentes ámbitos que origina que en medio de la tormenta aún no haya una claridad total. Aparecen numerosos puntos de vista; mientras tanto, los colegios cristianos-católicos van discerniendo y caminando hacia un horizonte que, para muchos puede ser fácil o para otros difícil. Para todo eso, debemos tener la pasión constante de querer construir sobre roca y el incorporar, cultivar los talentos artísticos de la persona es vital para una educación integral. Diversos colegios maristas de Chile han tenido la oportunidad de tener encuentros culturales; el Instituto San Martín durante este tiempo se reunió para compartir las vivencias, las experiencias, las composiciones musicales que nos llevan a nosotros también a elevar el espíritu; eso es construir sobre roca” destacó.

“Cuando a la persona, se le están entregando estos elementos valóricos que van mucho más allá de las ciencias, le permite hacer crecer el espíritu y hay que dar gracias a Dios por esto; por incorporar el arte en esa tarea fundamental de la educación y tener también la oportunidad para compartirlo y hacer fraternidad. Tener la oportunidad de un encuentro en donde los jóvenes participantes han tenido la posibilidad de quedarse en casas de familias enalteciendo la espiritualidad marista porque cuando una familia se encuentra, cuando se congrega comparte espacios de fraternidad y hay que agradecer a Dios por esto también” dijo.

Luego el pastor manifestó, “los maristas nuevos en Misión nos enseñan de una nueva mirada para las nuevas generaciones por salir en esta segunda década del siglo XXI; es en este tiempo en donde se va mirando una nueva misión que hay que analizar como ciudadanos, como personas amantes de una cultura y de una patria que el mundo de hoy está necesitando”.

Continuó el religioso: “desde diversos van a encontrarse con personas que son el producto de reformas; ustedes no son el producto de una reforma, sino que son el producto de una renovación de la nueva misión que se debe realizar y para ello hay que poner todo lo mejor de sí mismo escarbando los cimientos del corazón, haciendo una necesaria revisión del edificio interior de cada cual. En esta etapa en que los maristas están revisando y construyendo su nueva misión, es necesario revisar los cimientos del corazón, de la espiritualidad, los cimientos de la identidad cristiana en el mundo y en el Chile de hoy y esto servirá para proyectarnos como personas íntegras hacia los desafíos que hoy vamos encontrando” resaltó.

Invitó el padre Abarza a que los talleres de arte no se acaben, no terminen y que sigan existiendo todas estas oportunidades donde el ser humano se desarrolla y se edifica interiormente para poder el día de mañana acompañar y para servir con una interioridad y cimientos firmes: la fe y los valores humanos.

La música de nuestra tierra en sones de cueca fueron gratos matices que adornaron la liturgia y que tuvo su descuelle cuando se bendijeron los cirios que cada colegio llevó a su tierra natal.



Fotografía:
Inspector Gustavo González.