Una historia que, un poco antes, el mismo Papa había reconocido el 3 de Julio de 1998 el cuarto milagro (la cura súbita de una grave histoplasmosis de un Hermano Marista de nacionalidad uruguaya) atribuida a Marcelino.

San Marcelino José Benito Champagnat Chirat, nació en Rosey (localidad de Marlhes), en el valle del Loira, Francia, el año 1789.

Era una época convulsiva durante los años en que Francia sufría grandes cambios políticos y sociales producto de la Revolución Francesa. Educado por su tía monja (Luisa Champagnat), nunca asistió a la escuela dedicándose a las labores de pastoreo.

Posteriormente, a los 16 años ingresó al seminario de Verrières (1805) no sin grandes dificultades para mantenerse allí. Más tarde, en el año escolar de 1815 un nuevo seminarista, Juan Claudio Courveille, comunica a algunos de sus compañeros su proyecto de una Sociedad de religiosos Maristas, la llamada "Sociedad de María (Maristas)".

En esos primeros pasos se unen, entre otros, Marcelino Champagnat junto a Juan Claudio Colin. Marcelino Champagnat agregará al proyecto original su idea de los Hermanos para la educación cristiana y la preocupación por la alfabetización de los niños campesinos.

Es a mediados de 1816 (22 de Julio) que Marcelino junto con Colin, Courveille y otro medio centenar de compañeros, son ordenados de sacerdotes. Champagnat tiene entonces 27 años de edad.

La historia cuenta que al día siguiente, los 12 signatarios de la promesa de constituir la Sociedad de María, liderados por Juan Claudio Courveille, suben al santuario de Nuestra Sra. de Fourvière. Courveille celebra una misa donde los demás comulgan de sus manos consagrándose a María y profesando la promesa de dedicarse a establecer la Sociedad de María.

Es así como el 2 de enero de 1817 se establece como la fecha del nacimiento de la congregación de los “Fréres Maristes”, o Hermanos Maristas. Marcelino Champagnat les da el nombre de “Petits Fréres de Marie”, o Hermanitos de María, en honor de la Madre de Jesús en quien ha depositado toda su confianza y todo su esfuerzo educativo por llevar la palabra de Dios a los más desposeídos.

Marcelino falleció en Saint Chamond, Francia, en 1840. No imaginó los alcances que tendría su sueño de evangelizar a través de la educación.

El recuerdo de tan insigne educador y religioso estuvo presente en la liturgia que el pasado jueves 18 de Abril recordó el reconocimiento de la Iglesia Católica de los milagros de Marcelino.

El Instituto San Martín de Curicó, congregó a Hermanos Maristas, autoridades directivas, a educadores, a representantes de diversos estamentos, a las familias, a niños y jóvenes para conmemorar tan significativa fecha de Canonización que aconteció hace ya 14 años atrás.








Texto y fotografía: Profesor Francisco Contreras Robles