Noticias
GRITOS DE ADVIENTO
Por
Angel Gutiérrez G.
Publicado:
15 Diciembre 2013
Leido 712 veces
<strong>“¡Ven, Señor! ¡No tardes!.”<br /> A orillas de los ríos de otras tierras bien distantes, nos sentamos a llorar y a recordar nuestra familia; sentimos el corazón triste y desolado, Señor Dios nuestro, y ahora, despojados de todo, sin nada, sólo nos quedas tú.</strong>
Acuérdate, Señor, de nuestas casas dejadas en la montaña; bendice nuestros hijos que crecen sin cariño de unos padres; sé tú misericordia y compasión con los pobres alejados, y mantén sus vidas en pie, siempre en pie, hasta el regreso. (Salmo 136).

Oh Dios, danos un corazón justo, un corazón sincero que busque siempre el bien de todos, y no se esconda con el egoísmo. Oh Dios, danos un corazón inocente y limpio, capaz de olvidarse de si y preocupado por los hermanos. (Salmo 7).

Aquí estoy, Señor, a la vera del camino, sin camino; mis pasos buscan tus huellas donde poner mis pisadas, la vida y la muerte están ante mi como un reto; el bien y el mal se cruzan en mi corazón que sin descanso busca, pide y llama. (Salmo 1).
Ten paciencia conmigo, Señor, y espera que de nuevo vuelva. No hagas caso de mis palabras, que tantas veces fallaron. Sopórtame, aguántame, sé compasivo conmigo, Señor, que a pesar de mis pecados, en el fondo, es a ti a quien más quiero. (Salmo 6).
Da paz a mi corazón oprimido y angustiado; devuelve la calma a mi alma sumida en profunda noche; sálvame por tu amor, que me siento perdido y solo; sácame de esta situación que me llena de tristeza. (Salmo 6).
Mis pies están inseguros sobre la arena de mi desierto y mis manos han tocado el techo de mi vida. (Salmo 6).
En ti, Señor, busco cobijo: acógeme en tus brazos. No me dejes solo, abandonado y confundido: échame una mano. Tú que eres santo, tú que eres bueno y misericordioso, recóbrame, que vuelva a ser tuyo, líbrame: ¡date prisa! (Salmo 30).
Cuantas veces, Señor, me prometí ser fiel a mi proyecto; cuantas veces dejé la cosa solamente en palabras vanas.
Hoy llego ante ti, y quiero ir más lejos en mi camino: quiero, Señor, dejar de hablar tanto y “callar y obrar”. (Salmo 30).
Haznos sembradores de paz a lo largo del camino; que germine la paz como fruto de la justicia en nuestra tierra; que nuestras manos se abran al dolor del hombre de corazón roto; y que dejemos en el camino el pan y la sal como señal de testigos. (Salmo 85).
Tú nos quieres, Señor Jesús, miembros de un mismo grupo; nos quieres sentados alrededor de tu palabra y de tu pan. Tú nos has reunido con la fuerza de tu espíritu de amor. Tú eres el centro y la fuerza de nuestras vidas. (Salmo 132).

“¡Ven, Señor, que te esperamos!”

Fotos 1-3: Profesor Francisco Contreras
 

Noticias Relacionadas
4º medio B vivió Jornada
Publicado: 17 Abril 2024 / 244 Lecturas
Comunidad del Colegio vivió Semana Santa
Publicado: 4 Abril 2024 / 741 Lecturas
Eucaristía Natividad 2023
Publicado: 21 Diciembre 2023 / 671 Lecturas
© CONGREGACIÓN DE LOS HERMANOS MARISTAS
Ámbito de Diseño, Informática y Comunicaciones