<strong>Estimado Claudio:<br />
<br />
El fin del círculo que se une con el principio<br />
en la tierra de tus antepasados<br />
justo cuando el horizonte se hacía más amplio<br />
al igual que tu sonrisa después del dolor.</strong><br />
Cómo no recordar tu enorme intelecto
o tu corazón lleno de amor por la Educación
cómo no disfrutar recordando tu humor…
siempre agudo y tu lucidez
sobre los nuevos caminos de la fe y la religión.
Pero siempre está Ella
recordándonos que todo es tan frágil y fugaz
y que a veces debemos irnos
justo cuando comienza lo mejor de la fiesta.
Es el gran misterio de la Muerte
estimado Claudio.
Doy gracias a Dios por haberte conocido;
te mando un abrazo a donde quiera que estés
hasta volver a encontrarnos algún día
en la danza eterna y alegre de los átomos.