En la trama argumental, Giuseppe Moscati encarna cada uno de esos temas frente a otros personajes que los viven de modo distinto o, incluso, contrario. De tal forma que aparece el contraste de la presencia y la ausencia del valor correspondiente, lo que hace el análisis enormemente interesante y aleccionador.

AMOR AUTÉNTICO. El amor, cuando es auténtico, busca el bien del amigo amado antes que la propia complacencia, no se encierra en sus propios intereses sino que está siempre dispuesto a colaborar con el otro, a superarse y alcanzar metas que, solo, tal vez no podría.

El que ama de verdad hasta es capaz de renunciar a la propia felicidad si comprende que el amigo amado será más feliz lejos de él. Ante la ingratitud o la ofensa, no devuelve mal por mal, sino que es paciente y fiel, a pesar del dolor que le haya podido causar.

ENTRE DOS AMORES. Esta es la actitud acrisolada de Moscati frente a su amigo Giorgio y su amada Elena. Sufre por la incomprensión de Giorgio, cegado por el orgullo y la envidia, por ello no es óbice para que le siga ayudando, promoviéndolo a un cargo que le ofrecían a él. Elena, por su parte, parece que lo ama sinceramente, pero no es capaz de compartir la vida abnegada de Giuseppe; lo quiere solo para ella.

El joven doctor se ve en la disyuntiva de tener que elegir entre su entrega a tantos enfermos necesitados y una vida plácida junto a la mujer amada. Pero un amor posesivo no es auténtico amor, no respeta la idiosincrasia del otro, solo persigue reteneterlo para su propia satisfacción.

Y Moscati, ante la gravedad de una epidemia, no duda en acudir en socorro de los desheredados, desoyendo la voz de su corazón que lo urgía ir a donde lo esperaba su amada.

PASION POR EL ENFERMO. Su absoluta confianza en el amor de Dios le proporciona a Moscati la energía para vivir y la luz para discernir, en cada momento, cuál es la opción adecuada, aunque ésta le pueda suponer el dolor de perder a quién más ama.

Pero su fe inquebrantable no le impide plantearse las grandes preguntas ante el sufrimiento y la muerte de los inocentes ni dialogar con los no creyentes, como su querido jefe y mentor en el hospital, en una búsqueda comprometida de la verdad.

No entiende una relación fría y distante del médico con el paciente, sino que ejerce y propugna una medicina humanizada, que trata con comprensión y amor a la persona del enfermo.

Por eso, frecuentemente, en su trabajo en el hospital, debe elegir entre acatar las normas o rebelarse ante lo que es inhumano y obrar éticamente, asumiendo los problemas y dificultades que le puedan sobrevenir.

La trama argumental de esta película: Moscati: El médico de los pobres, contiene un fondo muy rico, que invita a la reflexión y al diálogo sobre temas de hondo calado como el amor humano, la amistad, la dignidad personal, la caridad, la fe, actitud ética en el trabajo, una medicina humanizada y humanizadora.