Noticias
Líneas escogidas: Los fieles bototos
Por
Francisco Contreras R.
Publicado:
12 Enero 2013
Leido 597 veces
Amigas y amigos de esta página del Instituto San Martín  de Curicó. Cuando muchos han iniciado sus vacaciones de veranos (y otros esperamos aún) les invitamos para que nos visiten y  disfruten con el contenido estival que tenemos para Uds. He aquí uno de esos artículos...
Me ha costado mucho mantenerme con los bototos que uso. Los tengo desde el año 1999, por lo que válidamente podría decir que los uso desde el siglo pasado. Están un poco trajinados, pero en bastante buen estado, y no han dejado de acompañarme todos estos años.

Juntos hemos andado por muchos caminos, visitado campamentos y barrios lujosos, hemos estado en matrimonios, bautizos y funerales. No han dejado de estar conmigo, ni siquiera en alguna siesta. Son muy cómodos y en cada circunstancia saben adaptarse. Les tengo mucho cariño, ellos ya son parte mía y hasta tienen la forma de mi pie. Pero no me ha sido fácil el defenderlos de la basura. Más de una vez me han regalado zapatos para que los cambie, encuentran que ya llevo mucho tiempo con los mismos bototos. Todos los años recibo algunos pares de zapatos, que agradezco mucho y que a su vez regalo a quien lo necesite. No actúo así motivado por una manda ni por un gesto de austeridad; es simplemente que les tengo cariño y todavía me sirven. Pero, por sobre todo, me resisto a que tengamos que despojarnos de lo que usamos, para cambiarlo por lo mismo, pero nuevo. Como si lo usado, lo antiguo, fuera malo.

Esta actitud es parte de un sistema que se vale de la moda, de atrayentes ofertas, del misterio de lo nuevo, de “lo que se usa”, para que así desechemos lo viejo. Un sistema que crea necesidades nuevas, para luego ofrecer satisfacerlas. Así se mantiene en aumento el consumo, que es necesario para mantener la producción, la cual a su vez es necesaria para el crecimiento económico y el empleo. Y habiendo crecimiento económico y empleo, hay mayor consumo, así es necesario mayor producción, lo que aumenta el empleo. Es como el perro que gira cada vez más rápido, para alcanzarse a morder su propia cola.

Este mismo torbellino me quiere arrancar mis bototos, y me quiere imponer un estilo de vida, en que no cabe el sentido de la gratitud ni el sentido de la fidelidad. Pareciera que todo tiene su precio, que no se crean lazos, que nada es para siempre. La lógica es acelerar la cola para que el mismo perro gire más rápido. Por eso es que con mi actitud no sólo estoy defendiendo unos leales bototos, me estoy defendiendo a mí mismo de ser tragado por una espiral absurda.

Esto lo percibí claro una vez, en una bendición de argollas. Terminada la ceremonia se me acercó la abuelita de la novia. Una señora encantadora, que con mucho cariño me dijo que no me ofendiera, pero que me quería hacer una donación. Con mucha delicadeza me pasó un cheque doblado, diciéndome que era para que me comprara unos zapatos nuevos. Le agradecí mucho su gesto, pero le dije que no era necesario.

Ella me insistió, arguyendo que mis zapatos ya estaban viejos. Mientras riéndome le contraagurmentaba, tenía la sensación terrible que más que defender mis bototos, la estaba defendiendo a ella y a todo lo que no lucía nuevo. Al no vincularnos con las cosas que nos sirven, al no intentar repararlas, al despreciar algo porque luce viejo, no percibimos que nosotros también envejeceremos. No nos damos cuenta de que llegará el día en que también nos tirarán para el lado. Nosotros mismos nos estaremos mordiendo la cola, al ser reemplazados como unos viejos bototos.

Texto: Felipe Berríos, SJ
Compilación: Prof.Francisco Contreras Robles (@teachercon3ras)

Noticias Relacionadas
Estudiantes reflexionaron sobre el Autismo
Publicado: 11 Abril 2024 / 776 Lecturas
Joven promesa del movimiento a la rienda
Publicado: 27 Marzo 2024 / 1460 Lecturas
Cristóbal Vergara destaca en Karate en Talcahuano
Publicado: 31 Octubre 2023 / 1216 Lecturas
© CONGREGACIÓN DE LOS HERMANOS MARISTAS
Ámbito de Diseño, Informática y Comunicaciones