Todas las delegaciones se hicieron presentes en la ceremonia mostrando con prestancia y femineidad su paso, a los sones de la banda de la 8ª Cía.del Cuerpo de Bomberos de Curicó, frente a la comunidad marista invitada para tan importante ocasión. Luego del canto unísono de la canción nacional, el Padre y Vicario zonal Cristian Avendaño impartió la bendición a cada una de las participantes.

El discurso del Rector del colegio anfitrión –el Instituto San Martín- resaltó el sentido de unión “en un solo corazón y un mismo espíritu para construir fraternidad” la presencia centenaria (1912-2012) del ISM. Agradeció a la comunidad educativa el valioso esfuerzo desplegado para organizar esta magna jornada deportiva. Este mensaje lo extendió para agradecer también  a los Hermanos Santiago, Ángel y José Luis por ser testimonio vivo de Marcelino Champagnat.

“Invito a todos los presentes a vivir esta experiencia de encuentro como una verdadera fiesta de la familia marista, como un regalo que Jesús y maría nos entregan para aprender a gustar el sabor del Reino de Dios en medio de nosotros”, manifestó el alto directivo.

Hubo reconocimientos especiales para los ex alumnos y alumnas del ISM que se han destacado en diversas esferas del deporte: Rafael Caroca (fútbol), Lucía Lozano (voleibolista), Claudia Valenzuela (gimnasta), Fabiola Hecht (atletismo) y Francisco Ares (basquetbol). Todos ellos recibieron el aplauso de la masiva concurrencia.

Carolina Maldonado, alumna del ISM de Curicó fue la encargada, a nombre de todas las deportistas, de realizar la lectura del juramento de rigor de las competidoras.

Tomó la palabra el Hermano Jesús Pérez destacando el valor de las familias que reciben a tantas deportistas, siendo este un elemento altamente distintivo que refiere a entrega y acogida, todos muy necesarios en los tiempos de hoy.

“Esta es una gran oportunidad para poder medir lo que verdaderamente predicamos. En esto días es bueno saber lo que está pasando en cada uno de nuestros colegios para hacer la bajada de la Planificación Estratégica (…) y es en estas actividades al aire libre en que puedo sentirme yo donde puedo medir –cada uno de Uds.- si de verdad estos valores se están haciendo realidad”, dijo.

“El valor de la superación, de saberme respetar y respetar a los demás cuidando mi vocabulario, mi cuerpo, saber respetar al otro (…) respetar a la familia y someterme al reglamento de las familias anfitrionas y a sus exigencias” son bienes para toda la vida.

Finalmente, dirigiéndose a las deportistas les dijo “aprendan una experiencia distinta cada día, sean educadas, sean agradecidas (…) haciendo realidad con el ejemplo que nuestra educación es para dar a conocer a Jesucristo y hacerlo amar”.

Luego, la música y la belleza de la expresión artística de la gimnasia con matices entregados por cuerpos de baile masculinos y femeninos retrotrajeron el sentido de las competencias que se remontan pretéritos tiempos helénicos. Dicho simbólico momento, que fue muy bien acogido por el público, dio paso al encendido de la llama olímpica.

Una ceremonia inaugural que fue calificada como brillante puso de relieve el mensaje:

Citius, Altius, Fortius (más rápido, más alto, más fuerte) que cristaliza el ideal del deporte como expresión sublime de la excelencia humana.