Previa promoción de la actividad durante las semanas precedentes, exalumnos profesionales de áreas tales como Arquitectura, Contabilidad, Derecho, Medicina, Medicina Veterinaria, Odontología, Psicología, Kinesiología, Diseño, entre otras, dedicamos la tarde a compartir con vecinos del sector, en dependencias de la Capilla Católica de la Villa San Josué, acompañados por integrantes de dicha comunidad y por su párroco, el padre Patricio Espinoza, quienes nos acogieron gentilmente. Durante algunas horas, colocamos nuestra experiencia y conocimientos al servicio de la comunidad del sector, ávida de atención y consejo respecto de las diversas problemáticas que le aquejan.

Para llevar a cabo la actividad, contamos con el valioso aporte de la Dirección del Colegio y el Departamento de Pastoral, lo que sumado a la positiva respuesta de un grupo de exalumnos, permitieron que el operativo resultara todo un éxito. Logramos alcanzar los objetivos trazados y, más allá de aquello, obtuvimos la mayor de las recompensas posibles: cumplimos a cabalidad, al menos por aquella jornada, con la tarea de todo cristiano de multiplicar nuestros talentos y alimentamos el espíritu con las sonrisas agradecidas de hombres, mujeres y niños.

No obstante, siempre tenemos que hacer espacio para la reflexión y sabemos que este tipo de experiencias se puede replicar y mejorar. Aún más, es nuestro deber hacerlo, pues, de lo contrario, esto habrá sido sólo semilla desperdiciada en terreno estéril. Y en este punto surge la inquietud y desafío:

¿SERÁ POSIBLE ARTICULAR UNA INSTANCIA PERMANENTE DE ASESORÍA Y ORIENTACIÓN PROFESIONAL PARA SECTORES POSTERGADOS, A TRAVÉS DE LA CUAL NO SÓLO LOS EXALUMNOS, SINO OTROS MIEMBROS DE LA FAMILIA MARISTA PODAMOS DAR VIDA A UNA NUEVA OBRA PERMANENTE DE SOLIDARIDAD EN NUESTRA CIUDAD?











Texto y fotografía: contribución Centro Ex Alumnos ISM.