Noticias
EL VENDEDOR DE SEMILLAS
Por
Angel Gutiérrez G.
Publicado:
4 Agosto 2012
Leido 3044 veces
Durante las vacaciones de invierno he podido leer tranquilamente, varios libros que me han ayudado a crecer humana y espiritualmente.<br />  Hoy quiero compartir con ustedes, apreciados lectores, esta <strong>“Parábola de Vida” </strong>titulada: <strong>“El vendedor de semillas”.</strong>
Un joven soñó que entraba en un supermercado recién inaugurado y, por sorpresa, descubrió que Jesucristo se encontraba detrás del mostrador.

 ¿Qué vendes aquí?, le preguntó.
 Todo lo que tu corazón desee, respondió Jesucristo. Sin atreverse a creer lo que estaba oyendo, el joven emocionado se decidió a pedir lo mejor que un ser humano podría desear:
 Quiero tener amor, felicidad, sabiduría, paz de espíritu y ausencia de todo temor, dijo el joven. Deseo que en el mundo se acaben las guerras, el terrorismo, el narcotráfico, las injusticias sociales, la corrupción y las violaciones a los derechos humanos. Cuando el joven terminó de hablar, Jesucristo le dice:
 Amigo, creo que no me has entendido. Aquí no vendemos frutos; solamente vendemos semillas.

REFLEXIÓN: ¿Me doy cuenta de que no puedo cosechar lo que no he sembrado? ¿Cómo podemos mejorar el mundo si no dejamos que las semillas que hay en nosotros germinen?
CITA BÍBLICA: “Tengan paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. Miren cómo el sembrador cosecha los preciosos productos de la tierra, que ha guardado desde las primeras lluvias hasta las tardías. Sean también ustedes pacientes y no se desanimen, porque la venida del Señor está cerca”. (Stgo. 4,7).
ORACIÓN:

No sé como es mi tierra, Señor. A veces me es difícil saberlo.
La he tomado mil veces en mis manos. La he estrujado… la he roto…,
pero sé que aún no la conozco del todo.

Si fuera pedregosa, Señor, destruye mi dureza, rompe mi roca. Así podré acoger tu Palabra fecunda.
Si fuera arcillosa, Señor, reblandece mi arcilla, mézclala con tierra buena permeable,
que deje germinar tu amorosa simiente.

Si fuera superficial, Señor, a flor de nada, añade más tierra,
de esa tierra profunda hecha de fe, de amor y de evengelio,
donde tú puedas sembrar con garantía.
Si estuviera perdida o sorda, no dejes de pasar, Señor, por ella,
que es tierra al fin y al cabo…, tierra tuya.
Dios, sembrador de mi ser, sembrador de mi vida, sembrador de mi fe.

Ven a mi tierra con tu Promesa, ven con tu bien-decir sobre mi tierra.
Entonces ya sabré qué tierra soy.
Entonces ya sabré que soy tu tierra.
 

Noticias Relacionadas
4º medio B vivió Jornada
Publicado: 17 Abril 2024 / 538 Lecturas
Comunidad del Colegio vivió Semana Santa
Publicado: 4 Abril 2024 / 747 Lecturas
Eucaristía Natividad 2023
Publicado: 21 Diciembre 2023 / 679 Lecturas
© CONGREGACIÓN DE LOS HERMANOS MARISTAS
Ámbito de Diseño, Informática y Comunicaciones