El Jueves Santo es el día del banquete de Jesús: el encuentro de personas que se reúnen para celebrar. Eso hicieron los niños y jóvenes del ISM cuando detuvieron su andar habitual para reflexionar y redescubrir el significado de este día.
Resaltar con fuerza el mensaje de mayor cercanía, de verdadera proximidad, de real amor fraterno, del lavatorio de los pies de los apóstoles, de la instauración de la eucaristía, del mensaje de despedida de Jesús son algunos de los grandes signos que se recuerdan durante el Jueves Santo.
Trabajos con imágenes para colorear, recortar o rellenar en los niños de básica. Pensamientos e intenciones desplegados en papelógrafos fue el fruto desarrollado por otros.
También, primeros y segundos medios, tuvieron su retiro –o "desierto"- en el Parque Estadio Marista. El mensaje único -escuchado con el corazón- fue compartir la amistad junto al pan y la vid: ejes centrales de los diversos momentos desarrollados por los mayores.
Finalmente, un encuentro litúrgico, sin necesidad de pautas ni directrices –ese que nace mejor del corazón espontáneo cuando se expresa- fue el corolario para la mañana de un Jueves que no es igual a cualquier otro jueves del año.