Los frescos aires matinales del inicio del otoño dieron paso al calor de la proximidad y cercanía con otros que -en igual actitud- habían aceptado la invitación: sentirse partícipes de un importante momento que reunió a niños y jóvenes, adultos, abuelos, profesorado, administrativos y auxiliares.Es decir, nuestra gran familia.

Cercanía, compañía y oración elevadas a la madre de Dios para agradecer la historia, esa que se construye con inconmensurables pequeñas anécdotas, de detalles que han ido dando forma centenaria a nuestro colegio: el Instituto San Martín de Curicó.

La Pastoral colegial se esmeró por extender y ampliar extramuros esta invitación para participar. De esa manera, vimos a los ex alumnos, al centro de padres, los scouts, las damas maristas, el grupo Marcelino Ayuda, "Marcha", "Gama" y a tantas otras personas que se han integrado a los diferentes estamentos que dinamizan y dan vida en el presente a la obra educativa del San Martín.

El R.P. José Abarza manifestó que "el peregrinar es orar con los pies. Tal como es la vida, un continuo movimiento hacia un objetivo, hacia una meta más profunda y sentida en nuestros corazones". Un sacrificio, una entrega que, como relata el Evangelio, nos presenta a María como peregrina ya que tuvo que ponerse en camino constantemente. Ella "avanzó en la peregrinación de la fe, y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la cruz" (LG 58).

Estaciones para el descanso y la reflexión se fueron sucediendo: la primera, llamada "Hermanos y Educadores", recordó a los precursores de la obra del instituto curicano y a quienes han proseguido hasta el presente con esta magna tarea quedando representada a través de las violetas y medallas con la imagen de Marcelino.

La segunda estación, "Niños y Jóvenes", puso en el centro a quienes son la preocupación y dedicación de la acción marista en nuestra ciudad. Flores con el rostro de niños fueron el signo de este momento.

Ya aproximándonos a la imagen de la Virgen, se dio paso a la tercera estación, la "Familia", destacando los ruegos por acompañar a quienes sufren por diversas causas, por los abuelos, por cada una de nuestras familias, para amarnos más y aprender a superar cada obstáculo que la vida nos presenta.

Pulseras bordadas, atadas por un cercano caminante amarró simbólicamente este lazo perenne.

La multitud llegó a los pies de la Virgen. Los tibios rayos del sol ya se podían percibir iluminando el rostro de los presentes. Allá, más abajo la ciudad lentamente recobraba la vida de un tranquilo sábado.

La mesa dispuesta nos invitó a celebrar la eucaristía para seguir transformando nuestros corazones (tarea de cada día) convirtiendo a cada marista en un promotor de la paz y la justicia: verdaderos constructores de una nueva sociedad. Plegarias que se elevaron al cielo en decenas de globos con mensajes escritos por los niños.

El mensaje agradecido de nuestro Rector, Sr. Jaime Inostroza, destacó la felicidad por vivir este momento único en este año del centenario resaltando el sentir de comunidad que debemos forjar en torno a nuestro Instituto San Martín, uniéndonos, acompañándonos para hacer fuerza y proyectar el pasado que celebramos hoy hacia un renovado y promisorio futuro de los maristas de Curicó.

Mientras, más abajo, en el plano citadino, la vida…simplemente seguía su curso un 24 de Marzo de 2012.










Fotografía: Francisco Contreras Robles


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