Se dice que rezar es manifestar la humildad del que no se sabe dueño de sí mismo, y la esperanza del que, incluso en medio de las tristezas e incertidumbres, asume que las riendas de su propia historia están sostenidas por la mano divina, más que por las suyas.

Tal fue el sentimiento que unió a directivos, profesores, administrativos y auxiliares la mañana del martes 28 de Febrero. Un alto en el trabajo que se imponía a través de diversas tareas para retomar este nuevo año escolar.

El Padre José Abarza señaló en parte de su intervención que debemos pedirle al Señor que nuestra vocación y servicio en la educación tenga como misión sacar afuera de nosotros mismos toda la riqueza humana que necesita nuestro estudiantado y que nuestros estudiantes puedan, también, sacar toda la riqueza humana, cristiana y valórica que la sociedad de hoy en Curicó, en nuestra provincia y país necesitan.

Un distintivo momento aconteció cuando se cumplió con el especial ritual que como comunidad marista en Curicó se ha venido realizando desde que asumió la rectoría el Sr. Claudio Castillo; posteriormente con la rectoría de la Sra. Marcela Hormazábal y ahora en que un nuevo rector dirige los destinos del instituto: entregar el regalo de la palabra de Dios en una Biblia. El Hermano Santiago Roza hizo acto de entrega.

El Hermano Santiago valoró que con "Jaime han cultivado una gran amistad y que aceptó con mucho cariño el hecho de venir a Curicó"; recordando al mismo tiempo que cuando él llegó el año 55 a Curicó desde España aquí se quedó hasta hoy (aún cuando estuvo en tierra ibérica o en Italia, siempre quiso volver a Chile).     

Señaló, "…le digo a Jaime que venga tranquilo y muy contento a Curicó, una ciudad muy acogedora porque tiene una cosa muy especial que atrae, reciben muy bien y deja un recuerdo especial".

El Sr. Jaime Inostroza expresó "recibir con muchas expectativas las palabras del Hermano Santiago y el cariño que me regala desde la comunidad de los Hermanos; y con la expectativa de poder vivir este tiempo acá y, tal vez si Dios lo quiere, quizás hasta uno se quede". Luego señaló, agradecer "este regalo porque la palabra del Señor es la que debe orientar nuestra vida y nuestro quehacer colegial".

Un cirio, signo del envío, y que uno a uno fue encendido por los presentes representó la luz que ha de brillar -en este año del centenario marista- en cada miembro de esta comunidad donde cada persona con su historia construye la propia historia del Instituto San Martín de Curicó.











Fotografía: francisco Contreras Robles
Twitter: @teachercon3ras