Cuando me pidieron
hacer una reflexión sobre lo que significaba para mí el 18 de
Septiembre como alumno de cuarto medio, Lo primero que se me vino a
la mente fueron los reportajes de televisión que dan por estas
fechas, por ejemplo, cuáles serán las novedades de las ramadas para
este año, la mejor forma de bajar las calorías producidas por las
empanadas, cuanta más cara va a estar la carne este año, o la mejor
forma de pasar los efectos de un consumo excesivo de alcohol. Y es
que en esto se nos han reducido nuestras fiestas patrias, a no ser
más que una gran ramada donde nuestro "héroe nacional" pasa a ser
quien tome mas trago en el menor tiempo posible.
Después fui más a fondo en mi reflexión y llegue a la
conclusión de que el 18 de Septiembre no es más que un recordatorio
de nuestros símbolos patrios, me llenan las calles de banderas y de
escudos, me enseñan un baile nacional que sé que después del 20 de
septiembre no bailaré mas, y miro por todos lados a personas que
visten trajes supuestamente típicos, pero que solo se ocupan para
actividades como el rodeo o para bailar la cueca, y que la mayoría
de los chilenos tenemos guardado en nuestro armario gran parte del
año.
Entonces fue en ese instante cuando se me produjo un sentimiento de
pena, pena porque de partida nuestros emblemas patrios no son
propios a nuestra vida diaria, pena porque tomamos esta fecha como
la ocasión para tener un fin de semana largo, o como una noche más
de carrete, cuando en realidad este día tiene que ser uno de los mas
importantes del año. Es, en este día, donde tenemos que reflexionar.
Reflexionar como ciudadano, como chileno y como persona.
Reflexionar principalmente tres cosas: lo que hemos logrado como
país, lo que nos falta hacer como país y cual es mi aporte para el
país.
Y es sobre este último punto donde me quería detener y tomar dos
citas de dos personajes del mundo antiguo: Aristóteles y Marco
Aurelio, el primero decía que el ser humano se caracteriza de los
demás seres vivos porque es capaz de vivir en sociedad y quien no
era capaz
de vivir en comunidad simplemente debía ser desterrado y no ser
considerado como tal.
Y el segundo decía que cada uno de nosotros como ser vivo aporta
con su tarea al orden del mundo y quien no lo hiciera, no era
capaz de amar su naturaleza como hombre. Fue entonces cuando me
decidí a empezar a reflexionar sobre mi país.
Pero me di cuenta de que me faltaba algo: como voy a reflexionar
de Chile si no conozco Chile y empecé a investigar, a conocer
Chile y me di cuenta de que esta larga y angosta faja de tierra
tiene mucho que decir y que nosotros ni siquiera tomamos en
cuenta. Por ejemplo que nuestro principal pueblo originario, los
mapuches, nunca fueron sometidos, ni siquiera por los españoles,
quienes batallaron durante toda la Conquista y la Colonia por
tratar de dominarlos. Que nunca como país hemos perdido una
guerra a la que nos hemos enfrentado, que tenemos grandes
artistas, poetas, cantautores, escritores y pintores. Que fuimos
el segundo país junto con Argentina en comenzar el proceso de
independencia en Sudamérica y que somos referente constante para
los países de América latina y el Caribe.
En síntesis, me di cuenta de que hay muchas cosas sobre Chile
que no se saben y en lo único que se mueve el conocimiento que
maneja el chileno sobre nuestro país es que tenemos un par de
héroes nacionales y que estos salen en los billetes y monedas.
Así, mi reflexión compañeros ,
chilenos y chilenas es invitarlos a compartir, como alumno de
cuarto medio humanista, mi sentimiento de amor por el país donde
vivo, que ojalá tomemos estos días de fiesta nacional, como
jornadas de reflexión sobre nuestra patria, que ojala tengamos
un 18 de septiembre donde podamos reconocernos como chilenas y
chilenos que somos, con todo lo que esto significa, que nos den
ganas de conocer nuestro territorio y a nuestras culturas, que
ojalá bailemos todo el año cueca, que no nos avergoncemos en el
extranjero el decir que soy chileno, sino que sienta orgulloso
de serlo y que por sobre todo, tratemos de aportar y
desarrollar todos nuestros talentos para que estos sean como
un grano de arena a la contribución de un país más justo y más
digno.