Noticias
Al final del año
Por
Instituto San Martín .
Publicado:
30 Diciembre 2009
Leido 439 veces
Al terminar el año, Señor, te diré sólo dos palabras. Quiero que sean sinceras y sencillas.


En el silencio de la soledad te digo, en primer lugar, desde lo más profundo de mi corazón: Gracias, Gracias, Señor, por todo lo que en este año me has concedido porque te lo he pedido. Por todo lo que me has dado sin habértelo rogado.

Por todo lo que me has otorgado sin haberlo merecido.

Gracias por la salud por el bienestar, por las alegrías y satisfacciones.

Gracias también por la enfermedad, por las penas y los sufrimientos. Aunque me cuesta trabajo, Señor, te agradezco esto último. ¡Tú sabes lo que hiciste!

Gracias por el rayo de esperanza que me iluminó, por aquella mano que me levantó, por ese consejo que me guió, por aquellas palabras que me alentaron, por esa sonrisa que me alegró, por aquellos brazos que me recibieron. Pero sobre todo, te doy gracias, Señor, por la fe que tengo en Ti. En este tiempo, un tanto confuso, aunque lleno de esperanzas, es a veces difícil de creer.

Te confieso sinceramente; no siempre he sabido cómo actuar, qué hacer, a dónde ir. Sin embargo, sigo teniendo fe en Ti.

Te doy gracias, porque en las tinieblas me has iluminado. Porque en las caídas me has levantado, porque has perdonado mis pecados.

Te doy gracias, Señor, por todo aquello que ignoro y de lo cual debo darte gracias.

Gracias, Señor, por haberme conservado la vida. Gracias por todo lo que me acercó a Ti. ¿Qué me traerá el Nuevo año 2010

  Lo que Tú quieras Señor, pero te pido fe para mirarte en todo, esperanza para no desfallecer, caridad para amarte cada día más y para hacerte amar entre los que me rodean. Que me halle siempre dispuesto a hacer tu Santa Voluntad.

¡FELIZ Y GOZOSO AÑO NUEVO!

Publicado en:
© CONGREGACIÓN DE LOS HERMANOS MARISTAS
Ámbito de Diseño, Informática y Comunicaciones