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¿Por qué no soy feliz?
Por
Instituto San Martín .
Publicado:
30 Noviembre 2009
Leido 464 veces
Seguramente usted, amigo lector, se habrá hecho esta pregunta alguna vez. ¿Por qué no soy feliz?


Mi primera respuesta a su pregunta es otra pregunta: ¿Qué cree usted que necesita para ser feliz ¿Qué cosas quisiera tener para experimentar felicidad O ¿Qué personas necesita tener a su lado para sentirse feliz O ¿Qué circunstancias necesita que cambien para que sea feliz

Hay personas que nunca se sienten realizadas. Muchas cosas les fastidian y les molestan. Ellas van por este hermoso mundo corriendo desesperadas como un niño que afanado persigue el arco iris. A pesar del serio esfuerzo del niño y su intento de acercarse, el arco iris parece burlonamente alejarse. Para esas personas, la felicidad siempre se halla más allá de donde ellas se encuentran.

Un joven me decía hace unos días: “Me casaré cuando encuentre la persona que traiga satisfacción a mi vida”.

Con esa filosofía de vida algunos piensan: cuando encuentre a mi cónyuge seré feliz.

Otros que lo han encontrado y ya se han decepcionado, piensan: “cuando me separe, entonces seré feliz”.

Algunos piensan: “Cuando tenga hijos seré feliz y, otros, cuando se marchen, entonces comenzará mi felicidad”.

La vida no funciona así.

Podrá tener riquezas y ser infeliz, estar rodeado de las personas más amorosas y vivir las circunstancias ideales,… pero eso no quitará de usted todos sus males. Es que la felicidad no se descubre al encontrar a la persona apropiada, sino en ser la persona adecuada. La felicidad no está en encontrar a quien le haga feliz, sino en aprender a dar felicidad a los que le rodean.

La felicidad la encuentra la persona que aprende a vivir sabiamente. Establece relaciones saludables, pone límites, acepta lo bueno y rechaza lo cuestionable.

Es feliz quien se acerca a las personas sin sospecha pero con prudencia y se aleja de quienes le hacen daño, sin maltratar pero con inteligencia.

La felicidad la encuentra quien aprende a usar las cosas y no a las personas, quien no abusa ni permite el abuso.

No es feliz quien nunca recibe heridas sino quien sabe como evitarlas y, cuando es imposible, sabe cómo curarlas. No es feliz quien nunca tiene problemas o todo lo tiene resuelto, sino quien cuando éstos llegan los enfrenta sabiamente y cuando no puede, busca ayuda inmediatamente. Por nuestro propio bien, dejemos de buscar la felicidad en las cosas, personas o circunstancias que nos rodean y comencemos a cambiar desde nuestro interior, las actitudes que nos están afectando.

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