San Marcelino
Champagnat nos legó a los que formamos parte de la familia Marista,
un lema o divisa que resume nuestra espiritualidad mariana: TODO A
JESÚS POR MARIA. TODO A MARÍA PARA JESÚS.
Ayer celebramos con mucha alegría y gran fraternidad el DIA DEL EX
ALUMNO(A) DEL INSTITUTO SAN MARTÍN, donde se encontraron las
antiguas generaciones de ex alumnos con las nuevas generaciones. Hoy
creo que vale la pena detenernos y juntos analizar el significado
que encierra dicho lema, tantas veces repetido por nosotros los
maristas.
Como podemos ver, Jesús está en el centro, es la fuente y la meta de
todo. Este primer aspecto de la espiritualidad marista es muy
cristiano pero implica: no hacer nada para Jesús sin pasar por
María, pedir todo a Jesús, tomando a María como intermediaria, y
esperar todo de EL por medio de Ella.
Dios entregó a su hijo al mundo por medio de María. Por eso,
nosotros queremos hacerla conocer y amar como el mejor camino para
ir a Jesús. Así, actualizaremos nuestro lema.
Pero para San Marcelino no existe verdadera devoción a María sin la
imitación de sus virtudes. Por tal motivo, nuestra devoción ha de ir
creciendo en calidad, en seguimiento
de su estilo
¿cómo Por la contemplación y la
mirada frecuente a la vida de María, la de Nazaret y del Evangelio,
se desarrolla el hábito de considerarla, espontáneamente, como
Nuestra Buena Madre y modelo.
Esta mirada del corazón nos hace descubrir y acoger amorosamente,
como Ella, la voluntad de Dios, para vivirla con confianza, con
humildad, sencillez y discreción. Ninguna circunstancia de la vida
(penas, alegrías, trabajos, proyectos, etc.) puede sustraerse a esta
mirada. Esto es vivir el Evangelio al estilo de María
y llevar a la práctica el no hacer nada sin consultarla como
aconsejaba el Padre Champagnat.
A los ex alumnos y miembros de la Familia Marista
les digo: sean hombres y mujeres de esperanza, audaces,
arquitectos de cielos sobre asfalto y ladrillo, enamorados del
bien, de la sabiduría y de la belleza.
Sean creativos para vivir y dar vida. Sean maristas con una rica
conciencia social. Sean hermanos, hijos y discípulos de Jesús,
María y Champagnat.
No olviden nunca que: ser marista es un estilo de vida.